Harold Arauz y tres relevistas demostraron que la novena panameña no sólo dependían de su ofensiva, sino de su cuerpo de lanzadores, al espaciar cinco hits y los Toros de Herrera derrotaron 3-1 a la novena cubana de los Leñadores de las Tunas para proclamarse campeones de la edición 61 de la Serie del Caribe.
Panamá no figuraba entre los participantes del clásico caribeño, pero por los problemas políticos en Venezuela, le fue retirada la sede a Barquisimeto los últimos días de enero y la Confederación de Beisbol del Caribe nombró a los panameños como los anfitriones y además los invitó a participar.
Es el segundo título de Panamá, el primero lo consiguió con el equipo de Carta Vieja en 1950 al jugar en Puerto Rico.
La novena de Toros participó en la Serie Lationoamericana celebrada en México, en el estadio de Veracruz y tuvo que regresar de inmediato de esa justa para participar en la Serie del Caribe, incluso el primer día no vio acción en su grupo B.
Se reforzaron con peloteros de Colombia, Nicaragüa. Terminaron su participación con la misma marca que Dominicana 3-1, donde después de recurrir a los sistemas de desempate se decidió por la mejor ofensiva, que fue la panameña.
Arauz retiró en orden el primer capítulo, y en el segundo acto fue saludado por Alfredo Despaigne con imparable, pero obligó a Yordanis Samón a batear para doble matanza, ahí comenzó una seguidilla de ocho retirados en orden que rompería el mismo Despaigne en la quinta tanda con doblete y anotó la solitaria rayita cubana con indiscutible de Carlos Benítez.
Anfernee Benítez entró en el sexto rollo en sustitución del abridor Arauz, pese a permitir un indifieldhit, colgó el cero ayudado en una doble matanza que terminó el inning. El batazo salió del madero de Frederic Cepeda.
Luis Mateo colgó dos argollas de manera perfecta y finalizó Manny Carpas, quien se apuntó su cuarto salvamento del torneo, pese a permitir un doblete de Yurlen Vizcaíno, dominó al peligroso Despaigne con fly al central.
El público panameño realizó la mejor asistencia del evento y de inmediato festejo porque Allen Córdoba impulsó la primer carrera con sencillo y después anotaría él mismo con indiscutible de Elmer Reyes. La última anotación vino con dos outs en el fatídico séptimo inning, Jonathan Gálvez pegó doblete y timbro con inatrapable de Rodrigo Vigil.
Fuente: Esto