Hay partidos que hacen historia por el resultado y algunas por el espectáculo que se ve en el campo. No fue el caso de la Super Bowl LIII disputada por los New England Patriots y Los Angeles Rams. Un choque que formará parte del imaginario colectivo por lo que supuso para la franquicia de Boston, pero no por el nivel de juego exhibido en el campo.El encuentro ya es parte de la historia de la NFL como la Super Bowl con menor anotación de todos los tiempos. Apenas un 13-3 a favor de unos Patriots que supieron sacar partido a un choque dominado por la efectividad defensiva y ataques poco eficaces. «Prefiero una victoria fea que una derrota bonita en cada partido», aseguraba el MVP Julian Edelman para justificar el triunfo de los Patriots.

Un choque marcado por los nervios y la tensión que se tradujo en las pocas veces que ambos equipos pisaron la ‘red zone’. Apenas en una ocasión, en una estadística nunca vista antes en la NFL. De hecho, hasta ahora el mínimo eran cinco ocasiones. Estas cifras se hacen todavía más sangrantes en el caso de unos Rams que no llegaron ni una sola vez y que terminaron sus drives con 9 ‘punts’, un ‘field goal’, otro más fallado y una intercepción, lo que les llevó a convertirse en el segundo equipo de la historia que se queda sin hacer un ‘touchdown’ en una SuperBowl.

El equipo angelino sufrió un cortocircuito en un ataque que había funcionado a la perfección durante toda la temporada. De hecho, ha sido la primera vez que el conjunto angelino se queda a cero en la primera mitad en los 36 partidos con Sean McVay en el banquillo.

Fuente: Marca

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