María Nieto vive la nominación a los Oscar del corto español que protagoniza, ‘Madre’ (dirigido por el mulitipremiado Rodrígo Sorogoyen de ‘El reino’), como una experiencia «mágica», casi de ciencia ficción. Recién llegada de Los Ángeles, donde volverá a viajar este jueves, enumera al teléfono los aciertos de un corto que, en 15 segundos, es capaz de emocionar, impactar y acogotar con una simple llamada telefónica y un único escenario (y que ya ganó un Goya el año pasado). Sin embargo, se necesita algo más para triunfar en la meca del cine, aclara, antes de desvelar la ingente campaña de relaciones públicas en la que ha estado inmerso el equipo para «venderse» y «convencer».
La actriz murciana, a quien vimos con anterioridad en ‘Ciega a citas’, ‘El camino de los ingleses’ o ‘Mar de plástico’, y que acostumbra a deslumbrar en alfombras rojas (hace unos días, lo hizo con un vestido de Delpozo en el almuerzo de nominados), revela también cómo se preparará para pisar la alfombra roja de los Oscar, en qué firmas confiará y a quien abordará en clave fan una vez dentro de la ceremonia, si tiene oportunidad.
El domingo os veremos en los Oscar. ¿En algún momento imaginasteis llegar tan lejos?
No, últimamente estamos recapitulando cómo fue el rodaje, los ensayos y las expectativas que teníamos, y… ¡esto no entraba en nuestra cabeza! Es cierto que el recorrido del cortometraje desde su estreno hasta aquí ha sido muy bueno pero, claro, esto es tan mágico, ciencia ficción…. Estamos todos muy felices.
En esta edición, los Oscar han nominado a ‘Madre’, un corto español que relata una pesadilla con tintes de realidad, y ‘Roma’, una película mexicana durísima, como la vida misma. ¿Está cambiando el gusto de los académicos y, por tanto, hay posibilidades de ganar?
Tengo la sensación de que lo que ocurre en el mercado americano es que se está abriendo al mundo y especialmente al latino, que para ellos es muy accesible. Nosotros estamos cerca de ese mundo latino y ahí hemos entrado. Es muy guay que la categoría en la que estamos no sea la de mejor cortometraje extranjero, sino la de mejor cortometraje de todo el mundo. Competimos con un corto americano, otro canadiense… Hay algo que está universalizando al arte del cine y mí me parece un paso esencial.
‘Madre’ provoca angustia sin mostrar lo que sucede, que terminamos imaginando. ¿Eso es aún más apabullante y efectivo?
Creo que es uno de los talentos del director, Rodrigo Sorogoyen: sabe jugar con la imaginación del espectador y suma finales abiertos, muy característicos de sus trabajos.
¿Qué otros aciertos de este corto crees que son fundamentales para despertar tanto interés?
La forma de contar la historia: es un plano secuencia, sin cortes, todo se ha rodado de una vez. Esto hace que el espectador viva a tiempo real lo que le pasa a la madre, esté con ella, piense igual de rápido que ella, trate de buscar soluciones a la vez y, al no haber planos que corten, no hay respiro. El público experimenta lo mismo que la protagonista y nota cómo la tensión va en crescendo.
¿Es esa la ‘escena’ más larga, sin cortes, que has grabado en tu vida?
Luego hemos hecho la película inspirada en el corto, que comienza con este y luego incluye otros plano secuencia que deben de andar por ahí de duración. Para lograr el de ‘Madre’, tuvimos que grabar ocho tomas enteras y la que se quedó fue la última. Es complicado porque tienes que tener una coreografía con la cámara, con la otra actriz que hace de mi madre, la maravillosa Blanca Apilánez.
En el corto interpretas a la madre de un niño de 6 años. ¿Tener un hijo de esa edad en la vida real te ayudó a encarnar el papel?
Sí, muchísimo. De hecho, hay una versión del guion en el que la madre se quedaba sentada en casa, esperando, después de que su hijo le dijera por teléfono que estaba solo en una playa. Yo decía que yo no me podría quedar sentada. Y finalmente no me quedé. El papel tiene mucho que ver con imaginarme en la piel de esa mujer que no soy yo pero con la que me puedo identificar.
¿Crees que los que son padres o madres reciben el corto de forma distinta a quienes no lo son, por la misma razón?
Croe que si eres padre o madre te toca una determinada fibra pero si no lo eres, al llevarte de la mano hacia la tensión y el drama, los pasas muy bien. Y hay quien piensa al ver a mi personaje ante una situación crítica cosas como «yo no haría eso». Porque cada uno vive unas situaciones y reacciona ante ellas de una forma distinta.
¿Cómo se trabaja el pasar en 15 minutos de la tranquilidad al desconcierto, luego a la preocupación, a la rabia, al pánico…?
Es un lujazo. Lo trabajas teniendo muy claro por dónde tienes que pasar. Hay un trabajo técnico muy importante para saber dónde tiene que suceder cada cosa, la intención, la emoción… Hay que hacer una coreografía con la otra actriz, hay un señor con cámara al hombro continuamente y hay otras 30 personas a las que no se ve y se tienen que ir escondiendo. Ha sido un trabajo muy intenso, físicamente ha sido muy tensionador, pero como actriz ha sido un auténtico lujo.
¿Como son los días previos a los Oscar? ¿Que se hace en Los Ángeles?
Hemos estado diez días allí haciendo ‘meetings’, reuniones… es una campaña.
¿Como una campaña electoral?
Sí, casi. Se hacen muchísimas entrevistas, te reúnes con gente a la que le interesa conocerte y que le cuentes… Algunos productores nos han ayudado mucho, nos han guiado y te dicen qué contactos son más valiosos. Porque una vez que estás en las nominaciones, hay una reglas en la Academia americana y tienen que ver con convencer, venderte, presentarte y hacer campaña para conseguir el voto. Nosotros no tenemos demasiada conciencia de esto ni capacidad, pero ya que estamos aquí, hemos dicho, vamos a jugar, vamos a dar lo máximo. Todo es un poco intenso pero me gusta mucho que los americanos son tan pasionales… Les encanta el corto, lo hispano… les gusta tanto que con eso me siento contenta.
Tras algo así, y ante una gala de los Oscar, ¿cómo se relaja una? ¿con yoga, una de tus actividades favoritas?
Sí. Con yoga, comentando con otros… Desde luego voy a llevarme la esterilla y voy a meditar cuando pueda, en el avión, en el momento de antes… Para mí meditar es quedarme con lo bueno, disfrutar lo máximo de la experiencia, van muchos amigos con nosotros a Los Ángeles y eso me hace muchísima ilusión. así que igual hacemos una sesión de yoga todos juntos. Y luego a tomarse unas cervezas, eh, que todo puede ser.
Te hemos visto brillar con un Delpozo en el almuerzo de los nominados. ¿También será un diseño español el que luzcas en los Oscar?
No lo tengo claro todavía, estoy buscando algo especial que me haga sentir tranquila pero elegante. Quiero ir hermosa y con seguridad. Tengo varias opciones. En estos casos, hay mucha gente valiosa que ofrece su talento e, incluso, se ofrece a diseñarte vestido a medida. Tampoco hemos tenido mucho tiempo… Claro, todo el rato hay fiestas, eventos… que son trabajo. Lo único que tengo claro es que quiero ir muy yo y lo más cómoda posible.
¿Puedes adelantarnos algo del maquillaje?
Eso sí lo tengo claro: me gusta ir con la cara limpia, fresca y muy elegante y por eso he elegido a Armani Beauty, que me ha echado siempre un cable y me ha asesorado durante mucho tiempo.
¿Algún tratamiento previo?
Para llevar la piel perfecta, tengo unas aliadas maravillosas. Acudo a Felicidad Carrera para hacerme un tratamiento maravilloso de Valmont. Es un momento muy zen, no es solo que la piel sane, es que el alma está más contenta. Es la bomba. Son tratamientos de unas dos horas y sales que es imposible estar más guapa.
Afortunadamente, si sales al escenario te veremos después de que los premios hayan decidido emitir todos los premios.
No es tanto porque nos premien a nosotros o no, sino porque no tiene sentido que unos premios de cine no incluyan categorías que son esenciales para hacerlo, como el montaje o la fotografía. Es importante contar que el cine se hace equipo y que es imposible contar una historia sin tener parte técnica y parte artística.
¿A quién te gustaría conocer en los Oscar? ¿Qué te produce más curiosidad?
Me da curiosidad todo: la experiencia, la alfombra tan grande… y hay mucha gente que admiro. Hay actrices que me fascinan como Emma Stone, Rachel Weisz, Olivia Colman, ese hombre maravilloso que es Viggo Mortensen, me parece un señor que es luz… o Alfonso Cuarón y su mundo mexicano que está cambiando al mundo americano y me apasiona.
Fuente: woman.es