Economía

Los primeros 100 días de AMLO: Gabriel Casillas

Publicado por
José Cárdenas

Gabriel Casillas

 

 

Ayer se cumplieron los primeros 100 días del gobierno de Andrés Manuel López Obrador como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Ya desde la semana pasada hemos estado leyendo varias columnas y reportes evaluando estos primeros cien días. Una métrica que puso de moda el expresidente de los Estados Unidos Franklin D. Roosevelt en 1933, para señalar una fecha en la cuál cumpliría los procesos legislativos que lo llevarían a cumplir sus promesas de campaña. En este sentido considero que más que evaluar el gobierno de nuestro actual presiente en términos de indicadores económicos o financieros -que en su gran mayoría todavía no tienen nada que ver con la instrumentación de ninguna de las iniciativas de política económica-, creo que es mucho más relevante hacer un ejercicio comparando las promesas de campaña con las acciones concretadas al respecto.

El candidato Andrés Manuel López Obrador fue muy claro en términos de su plan de gobierno. Tan es así que lo escribió en su libro “La salida: Decadencia y renacimiento de México”, publicado por editorial Planeta en enero de 2017. Asimismo, en fechas cercanas a los comicios del año pasado estuvo refinando su plan de gobierno, con apoyo de su gabinete propuesto. El documento ‘refinado’ se publicó en http://www.proyecto18.mx. En mi opinión, las propuestas se dividen prácticamente en tres rubros: (1) Programas sociales; (2) proyectos de infraestructura; y (3) las políticas de ‘deshacer’. Entre los programas sociales más importantes se encuentran el de ‘Jóvenes construyendo el futuro’ -tanto en su vertiente de becas para estudiar, como en la de pasantías para trabajar-, como la duplicación de la pensión de adultos mayores y el programa para personas con capacidades diferentes. Los proyectos de infraestructura son variados, pero en mi opinión destacan la refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, el tren maya y el corredor trans-ístmico. Por último, las políticas que llamo de ‘deshacer’ son las de echar para atrás políticas de sexenios anteriores. Tal es el caso de ‘cancelar’ la reforma educativa, así como la de ya no vivir en la residencia oficial de ‘Los Pinos’, deshacerse del avión presidencial o disminuir salarios de los funcionarios públicos de alto nivel y eliminar prestaciones, por ejemplo.

En mi opinión, lo más importante de leer el libro ‘La Salida’ es que en ninguna parte sugiere las iniciativas que desafortunadamente acompañaron la decisión de cancelar el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM). La cancelación del aeropuerto se encuentra en la página 159 de su libro (versión electrónica) y deberíamos de haberla visto venir. Sin embargo, para los participantes de los mercados financieros internacionales y locales fue muy sorpresivo (me incluyo). Pero lo que considero que causó mayor resquemor entre dichos participantes de los mercados fue que, acto seguido de la cancelación del NAICM, varios legisladores de Morena publicaron iniciativas para eliminar las concesiones de las empresas mineras, prohibir las comisiones bancarias, así como otra que proponía unir todas las Afores en una sola -administrada por el sector público-, y la de utilizar las reservas internacionales del Banco de México para financiar infraestructura. Estas iniciativas no amigables con una economía de mercado no han prosperado y es en este sentido que en lugar de pensar en un presidente López Obrador impredecible y con iniciativas de esta índole, nuestro presidente ha sido siguiendo su libro casi al pie de la letra.

Un aspecto muy relevante del programa de gobierno de Andrés Manuel es sin duda es la responsabilidad fiscal que lo ha caracterizado. Desde sus primeros programas de gobierno que publicó, como el “Proyecto Alternativo de Nación” -publicado por editorial Grijalbo en 2005-, la responsabilidad fiscal siempre ha sido una pieza fundamental de su política económica. A pesar de que para muchos puede ‘sonar raro’ o inclusive imposible, el presupuesto fiscal 2019 incorpora los programas sociales y el dinero para iniciar los proyectos de infraestructura que prometió, cumpliendo a su vez con la responsabilidad fiscal que prometió. Este presupuesto es hoy una realidad.

Nuestro presidente prometió ciertas políticas y la gente votó de manera abrumadora por él, por lo que Andrés Manuel López Obrador claramente goza de toda la legitimidad para llevar a cabo sus políticas propuestas, sin importar ideologías, ni si aprueban análisis costo-beneficio.

Así, considero que la evaluación de los primeros 100 días del nuevo gobierno es espectacular. No por nada tanto la tasa de aprobación en las encuestas serias, así como el indicador de confianza del consumidor se encuentran en niveles máximos. Si no hay convergencia ideológica con la política económica de AMLO o con la forma en que la está instrumentando, eso es muy diferente. La evaluación de los primeros 100 días, en mi opinión, no es de resultados todavía, sino de promesas de campaña que ha podido cumplir.

Twitter: @G_Casillas

* El autor es director general adjunto de Análisis Económico y Relación con Inversionistas de Grupo Financiero Banorte y presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos del IMEF

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José Cárdenas