Carlos Ferreyra
Ya estamos viendo hacia dónde irán los ex pobresores de la teórica disidencia que, se asegura, manejaba a trasmano la maestra Elba Esther Gordillo, líder del Sindicato oficial.
Aprovechando la ausencia de Silvano A. Conejo, paseante por Europa, se apoderaron de las conexiones ferroviarias con dos de los más importantes puertos marítimos, Lázaro Cárdenas y Manzanillo.
La importancia de las dos terminales de carga para navíos de gran calado, la muestran los frecuentes decomisos de precursores chinos para la fabricación de drogas de diseño. Por allí don Zenly ye Ghon o como se escriba, importaba sus productos que procesaba en la casa vecina al diario Milenio.
Cada captura de productos químicos significaba toneladas, muestra también de la pudrición que apenas ahora ¡vaya sorpresa! Están descubriendo en las Aduanas.
Institución que en tiempos de restricción de importaciones, tenía como lema: Si cabe por el puente, pasa. La referencia, al cruce fronterizo de los dos Laredos, principal entrada al país de productos importados ilegalmente.
Anunció el presidente Lopez Obrador que él no está en guerra contra los narcotraficantes y que no está persiguiendo a los cabecillas. Como anticipó en su campaña, amnistía y compromiso con ese sector criminal de no seguir matando gente y, sobre todo, convertirse en chicos buenos.
Mucho ruido, pocas nueces. Un escándalo de cien mil demonios y muchas declaraciones sobre expedientes abiertos, centenares, se afirma, pero a nadie consta. Lo triste es la forma en que manipulan a personas de buena fe, que aceptan sin dudar que la información que no informa, sólo protege la confiabilidad y el proceso legal. “Para que no pase lo de la secuestradora francesa”.
Admitamos que con la presencia en los mandos nacionales de doña Olga la ex ministro que la liberó, es un riesgo tangible. Pero declarar el cese de un conflicto que no está en manos de los mexicanos, sino de la pudrición social de nuestros vecinos del norte, resulta audaz y falsamente optimista.
Por hoy siguiendo los pasos del general Calderón al que muchos confunden con el cabo Chiricuto, la guerra es contra los ladrones de combustible de los que, como es costumbre, se les condena verbalmente, se les acusa al aire y nada, ni un consignado ni una propiedad identificada por el dueño. Esto es, un crimen sin criminales.
Queda claro además que se les otorga perdón presidencial anticipado. Roban por necesidad, asegura el mandatario y de acuerdo con lo presenciado, deben tener múltiples necesidades derivadas de sus vehículos de lujo. Y de las extensas nóminas pagadas a los pobladores de los sitios de extracción.
La lucha contra el narco sigue por decisión de los capos, por sus atentados contra las Fuerzas Armadas, situación que empieza a hacerse habitual entre los huachicoleros pero con el agregado de que el pueblo bueno, el que roba gasolina por necesidad ha sacado las armas para impedir la incursión de marinos y soldados en su territorio.
El todavía candidato presidencial lo aconsejó a sus feligreses: si les dan agárrenlo; a la vez organizaba la suspensión de pagos a la Comisión Federal de Electricidad, reclamando menores tarifas en las zonas calientes de Tabasco. O sea en todo el estado. El adeudo total de la empresa estatal se estima en alrededor de 90 mil millones de pesos; los pagos suspendidos en la entidad natal del mandatario ascienden a 49 mil millones de pesos cuya condonación ya anunció.
A los ¿maestros, vagos, extorsionadores? de la CNTE les entregó mil 200 millones de pesos que no fueron suficientes para calmar las ansias de los beneficiados que exigen ahora mínimo cinco mil millones, máximo siete mil millones de pesos.
Jueves 30 de enero, día previo al inicio de un largo fin de semana con puente vacacional. En la caseta de cobro, una decena de tipejos de pésima catadura, embozados con las mangas de sus suéteres exigen cien pesos para cada vehículo que quiera circular por la autopista a Puebla.
Uno se niega; le golpean el auto. Paso y les pregunto si con mi cuota me garantizan el seguro, me ven como marciano y sin decir nada más me dejan la vía abierta. No pagué ni fui agredido.
Hombres y mujeres jóvenes que no llegan a la veintena, sin que nadie se atreva a molestarlos, se apropian del dinero de las cuotas por uso de la autopista. Si se les pregunta, dicen ser normalistas pero ignoran de qué Normal proceden o dónde está situada la escuela.
Lo que sí aprendieron y lo repiten a quien lo quiera escuchar, es que el presidente López Obrador ha dicho que no usará la fuerza pública para desalojarlos. A ellos o a toda laya de manifestantes.
Pueden trabajar en paz, los uniformados que habitualmente protegen a los empleados de Caminos y Puentes, fueron retirados y los trabajadores llevados a otra parte. No hay que molestar a los que roban “por necesidad…”