La mayoría de los grandes avances de la humanidad han tenido su origen en algún tipo de industrialización del sector agrario ya que, como principal eje de supervivencia, asegurar la suficiente provisión de alimentos es uno de los principales objetivos del ser humano. La necesidad agudiza el ingenio.
Fue la agricultura la que llevó al ser humano a abandonar la vida nómada, la industrialización del campo la que permitió abastecer de alimentos suficientes a grandes núcleos de población haciendo crecer las ciudades.
Ahora, en plena era digital, una nueva revolución está empezando a cambiar la forma en la que se cultivan los alimentos para optimizar los recursos aprovechando cada gota de agua y cada semilla para obtener más y mejores alimentos.
La inteligencia artificial, de una forma u otra, está presente en todo el ciclo de producción, distribución y consumo de los alimentos. Desde las semillas que se plantan en el campo, a las fotos de tu desayuno que compartes en Instagram.
Puede sorprender ver a un agricultor con su portátil bajo el brazo dirigirse a su plantación, pero es algo cada vez más habitual en un sector primario preocupado por la rentabilidad de las cosechas y por la escasez de recursos naturales.
La inteligencia artificial está permitiendo desarrollar lo que ya se denomina agricultura de precisión, en la que el uso de Big Data y sensorización de plantaciones está a la orden del día, permitiendo un mejor control, evaluación y seguridad para las cosechas.
Todos los datos que se recogen en las plantaciones se procesan mediante inteligencia artificial para la toma de decisiones en tiempo real, de forma que se le da a la planta justo lo que necesita y en el momento que lo necesita: control de riegos, tratamientos fitosanitarios, estado del fruto y punto de recolección.
La agricultura de precisión permite ahorrar recursos naturales de forma drástica ya que solo se utilizan los sistemas de riego cuando y en la cantidad que la planta necesita. Esto tiene un impacto positivo en el medio ambiente al aprovechar mejor los recursos disponibles.
Pero la inteligencia artificial no solo se aplica al tratamiento y cultivo de la planta, la automatización de la maquinaria del sector agrario se está llevando a cabo con una alta tasa de éxito en la creación de granjas inteligentes, haciendo que el producto llegue de forma óptima del campo a la cadena de distribución.
La cadena de distribución tampoco se olvida de la inteligencia artificial ya que esta tecnología cada vez está más presente en el proceso de compra.
Desde recomendadores de productos basados en inteligencia artificial integrados en las tiendas online, que se basan en la tendencia de compra de los clientes y en las compras anteriores de cada usuario, hasta sistemas de reconocimiento de objetos integrados en las cámaras de móviles de última generación como el Huawei Mate 20 Pro.
Gracias a su sistema de reconocimiento de objetos, basta con enfocar el objeto que quieres comprar para que la inteligencia artificial integrada lo reconozca y ofrezca al usuario la posibilidad de comprarlo online en diferentes tiendas.
Como media, una persona que cocine habitualmente es capaz de realizar correctamente entre 10 y 15 recetas, mientras que un chef profesional es capaz de recordar más de 100 sin demasiado esfuerzo. ¿Imaginas tener en tu casa un cocinero capaz de crear más de 10.000 recetas teniendo en cuenta la textura y los sabores de más de 2.000 ingredientes diferentes?
Gracias a la inteligencia artificial cognitiva es posible que un agente de inteligencia artificial sea capaz de crear nuevas recetas de cocina basadas en la armonía de sabores y texturas de sus ingredientes.
No hablamos de simples robots capaces de preparar con mayor o menor precisión una serie de recetas establecidas. Hablamos de una inteligencia artificial capaz de “imaginar” nuevas recetas basándose en la correcta combinación de sus ingredientes para crear platos innovadores en los que se “emula” el proceso creativo de los grandes chefs.
Esta inteligencia artificial, que todavía está lejos del alcance de la mayoría de usuarios, contrasta con la que se integra en cada vez más electrodomésticos que ya están llegando a las cocinas, siendo cada vez más habitual que el frigorífico añada los productos que se van agotando a la lista de la compra e incluso que pueda hacer la compra por ti.
Pero el principal aporte de la inteligencia artificial integrada en estos electrodomésticos es la posibilidad de hacer que trabajen de forma conjunta ya que muchos de ellos ya integran inteligencia artificial en forma de asistentes de voz.
Por ejemplo, ya existen frigoríficos en el mercado que permiten buscar recetas que puedes hacer con los ingredientes que guardas en su interior. Una vez seleccionada, puedes enviar esa receta al horno para que ajuste la temperatura y el tiempo de funcionamiento de forma automática.
Mientras, puedes continuar cocinando mientras un altavoz equipado con asistente de voz te va guiando en cada paso de la receta. Cuando el horno ha terminado su trabajo puede realizar una autolimpieza y enviará información al lavavajillas que prepararía un programa de lavado adecuado para que no quede ni rastro de la salsa de tomate en los platos donde te has comido la lasaña que acabas de cocinar.
Los dispositivos inteligentes son una gran ayuda en la cocina y pueden ayudarte a planificar mejor tus menús. Sobre todo si cuidas tu dieta y mantienes un control de las calorías de cada comida.
En ese sentido, no importa si preparas tú mismo tu comida o sales a cenar con los amigos, la tecnología te ayuda a conocer el aporte calórico de los alimentos en cuestión de segundos.
De nuevo, la inteligencia artificial integrada en la cámara de los Huawei Mate 20 Pro se encarga de identificar los alimentos que vas a comer y te indica de forma clara y sencilla, cuantas calorías tienen. Esto te ayudará a calcular mejor el aporte calórico de cada comida, evitando que te pases, pero lo que es más importante, evitando un déficit en la energía que tu cuerpo necesita para funcionar correctamente y mantenerte sano.
Para muchos, la comida es mucho más que un simple alimento. Supone una expresión de creatividad que bien merece ser inmortalizada en una foto y compartida en las redes sociales.
Las experiencias gastronómicas se han convertido en una tendencia de moda en la que los ingredientes tienen que estar perfectamente integrados en el plato no solo a nivel nutritivo o de sabor, sino que también deben hacerlo a nivel estético.
Es este componente estético de la comida el que ha conseguido que millones de personas compartan a diario en redes sociales las fotos de los menús que se disponen a degustar. Incluso esto se ha convertido en una tendencia y para dar cumplida respuesta, la tecnología se ha adaptado a ese tipo específico de fotografía consiguiendo resultados de una calidad excepcional.
Los nuevos Huawei Mate 20 Pro incluyen un modo de inteligencia artificial integrada en la cámara que reconoce los objetos de la escena que vas a fotografiar. En función de la naturaleza de esos objetos, de las condiciones de luz, la distancia u otros parámetros, realiza los ajustes adecuados para obtener la mejor foto posible.
En el caso de la fotografía de comida, el plato no solo tiene que estar delicioso, también debe parecerlo y un ajuste erróneo de los parámetros de disparo puede deslucir por completo el aspecto del plato. Para evitarlo, la inteligencia artificial integrada en la cámara del móvil dispone de un modo de disparo específico que destaca los colores de los ingredientes y reduce la profundidad de campo añadiendo una perspectiva más natural a la fotografía.
El resultado es una fotografía de tu comida que querrás subir a tus redes sociales para que a tus seguidores se les haga la boca agua. ¡Buen provecho! (Huawei)