El Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo (RDC) informó de que la epidemia de ébola está controlada en uno de los grandes núcleos urbanos afectados del noreste del país, Beni, donde se registraron más casos en los últimos meses, aunque sigue habiendo muchos nuevos infectados en otras ciudades.
La epidemia de ébola que afecta a las provincias nororientales de Kivu del Norte e Ituri ha ocasionado 844 casos de la enfermedad (779 confirmados en laboratorio y 65 probables) y 528 muertos (de los cuales 463 confirmados), según el último boletín del Ministerio enviado esta madrugada, con datos hasta el lunes 18 de febrero.
Beni, donde se llegaron a registrar más de una veintena de casos semanales en octubre, lleva 21 días sin notificar ningún nuevo afectado por la enfermedad, por lo que las autoridades sanitarias consideran está «controlada» en este punto.
Aunque advierten de la posibilidad de que vuelva a haber un repunte por la cantidad de desplazamientos de población en esta zona, un núcleo de comercio tanto interno como con países vecinos, y foco de violencia con más de un centenar de grupos armados activos.
El foco actual más activo de la enfermedad está, desde finales de diciembre, en las ciudades de Butembo y la vecina Katwa, localidades al sur de Beni que alojan a más de un millón de personas.
En los últimos 21 días, en estas dos áreas se han registrado el 80 % de los 92 nuevos casos de ébola totales.
Desde el pasado 8 de agosto, cuando empezaron las vacunaciones, más de 81.000 personas han sido inoculadas con el tratamiento experimental rVSV-ZEBOV.
Esta epidemia actual, la décima en el país, ha superado ya a la más mortífera de la historia de RDC, que se produjo en la localidad de Yambuku (norte) a finales de agosto de 1976 y considerada como el primer brote de ébola registrado, que causó 280 muertos entre 318 casos.
La existencia de «zonas rojas» donde los trabajadores sanitarios no pueden entrar por la inseguridad, así como la resistencia y desconfianza habitual que suscita una enfermedad tan contagiosa como es el ébola, están posponiendo el fin de la epidemia.
La directora regional para África de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Matshidiso Moeti, explicó a principios de mes en una entrevista con Efe que el fin del brote de ébola «es difícil de aventurar», pero «llevará algunos meses».
Para declarar el fin de un brote, tienen que pasar 42 días -dos periodos de incubación de un virus- sin que se registre ningún nuevo caso.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.
El brote más devastador a nivel global se declaró en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se expandió a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia, podrían ser conservadoras.
Fuente: informe21.com