Cuando Bill Belichick levantaba su primer cetro de Super Bowl en febrero de 2002, Sean McVay era el quarterback del equipo… de su colegio.
El primero es considerado, a sus 66 años, como uno de los mejores entrenadores de la historia de la NFL y del deporte americano con cinco títulos como head coach de los Pats.
Mientras, el segundo ha batido todos los récords de precocidad: con 30, se convirtió en el entrenador en jefe de los Rams; con 31 fue elegido Coach del Año y, ahora, con 33 recién cumplidos, está ante el encuentro más importante de su fulgurante carrera.
Belichick, ataviado siempre con su tradicional sudadera con capucha y adepto a una disciplina de hierro, cree que los títulos se ganan desde la defensa. Por el contrario, su homólogo, con una barba estudiada de tres días, ha sorprendido a la NFL con sus genialidades en ataque. “Su manera de entrenar, su estilo de juego, el nivel de su equipo… McVay ha hecho un trabajo increíble en dos temporadas”, valoró Belichick.
A pesar de la diferencia de edad (33 años) y de experiencia (24 temporadas uno, dos el otro), también tienen muchas cosas en común. Ambos comprendieron de prisa durante sus periplos universitarios que no tenían el talento ni el físico para jugar en la NFL.
Luego su sentido táctico y su capacidad de análisis les abrieron las puertas. Bill se hizo un nombre como coordinador defensivo de los Gigantes de 1979 a 1990, mientras Sean tenía 22 años cuando se unió a los Bucaneros.
Fuente: Excélsior