Carlos Ferreyra
Ya no se trata de las incompetencias o las incapacidades de Ya Saben Quién, sino del papel asumido como defensor de los errores y tonterías de sus colaboradores más cercanos.
Muy al estilo mexicano —idiosincrasia es destino—, los neofuncionarios que estaban lejanos al sueño hoy alcanzado, llegaron a ejercer el poder sin equipo, sin respaldos para cumplir con sus tareas.
Improvisaron. Carentes de experiencia burocrática, se apegan a lo que les indica su dedito cerebral. Y así, lo mismo integran al gobierno a sus familiares que a sus amigos, a los que más confianza les despierta.
Los errores se justifican mirando hacia arriba, un sembrador de elotes a cargo de la industria definitiva, indispensable y supuestamente detonadora de la riqueza nacional, la petrolera.
Eso, entre media docena de infortunados nombramientos a cargo del Preciso, ha provocado la manga ancha con que, igualmente al estilo mexicano, los actuales funcionarios ejercen su función más con criterio patrimonial que con afán de servicio.
Casi paradigmáticos, no por recientes sino por descarados, los nombramientos en el área científica, donde un teórico o difamado sexoservidor es reivindicado, nombrado funcionario hasta que se conoce su estrecha relación con otro alto funcionario.
Y donde la directora de Conacyt (espero que la institución conserve su nombre) tiene como funcionarios a su exmarido y al hermano de éste. Además de la responsable administrativa, una demostradora de tiendas de moda (vendedora, en términos simples) con escolaridad secundaria.
Sobre eso, la ilustre pseudocientífica decidió que no va a gastar en becas en el exterior porque es gasto inútil. Tanto como lo que ella representa, si es cierto que hizo un doctorado foráneo.
Otros dos nombramientos son echados para abajo al no tener idea los recién entronizados de qué iban las funciones de la dependencia. En represalia, se corre a una científica de reconocida autoridad internacional y sin aceptar cuestionamientos, conserva a la responsable administrativa hasta antes de este cargo, vendedora de ropa y telefonista en dependencia capitalina.
¡Ah! La mafia de la ciencia. Culpable de existir, aunque no se defina en donde ni quienes la conforman…
Todavía vigente, la bronca del mandatario contra el presidente de la Comision Reguladora de Energía que se opuso al nombramiento de comisionados que ignoraban los elementos básicos de la institución. Xóchitl Gálvez se encargó de exhibirlos en toda su estupidez.
Lo grave del asunto no fue la exposición de su ignorancia, sino el festival de bromas que se hicieron cuando uno de ellos tomando todo a chunga, quiso encubrirla mostrando un teléfono celular a modo de respuesta sobre el significado de las siglas de una de las dependencias de la Comisión.
Los legisladores presentes los echaron para atrás, inclusive un sujeto mal amansado que estacionó el caballo en los bajos del puente del Congreso, o así parece, con su sombrero encasquetado hasta las orejas en rediviva imagen del cacique enemigo de Chon Prieto y Calzonzin. Inclúyase el recortado bigotillo y la patilla de hombre de verdá…
Todo fue suficiente para desencadenar la furia del Santo Señor de Palacio Nacional que lanzó la amenaza de que denunciará al funcionario responsable del CRE, pero sin mayores datos, a lo que se adelantó el amenazado publicando la información que tenía en su declaración tres de tres.
La “advertencia” puede avizorarse como abierta amenaza; tendrá como consecuencia la inhibición de cualquier inconformidad o siquiera de simples avisos sobre decisiones que puedan afectar negativamente la marcha de las instituciones.
¿Cuál será el castigo que se aplicará al insurrecto? Porque sin duda ya fue enjuiciado y condenado. “In pectore”, al estilo papal… pronto lo sabremos