La presencia de la peste porcina africana en granjas de China podría abrir la puerta al resto de los productores del mundo, como Estados Unidos y México, consideró Greg Howard, vicepresidente de Planeación Estratégica y Optimización de rendimiento de la estadounidense Christensen Farms.
En entrevista con El Financiero, detalló que aunque el intercambio internacional de carne de cerdo es de apenas el 7.5 por ciento del total de la producción, una afectación a los porcicultores chinos mermaría a más de la mitad del mercado global de este producto.
De acuerdo con cifras de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 2017 China tenía el 45 por ciento de la producción porcícola del planeta.
«Es una oportunidad para todos nosotros, no porque el puerco es la proteína número 1 en China sino también porque ese país representa el 50 por ciento de la producción y el consumo global de cerdo.
«Cuando tienes un país que depende tanto (de la carne de cerdo), y ocurre un fenómeno como la presencia de la peste porcícola africana como lo estamos viendo ahora, hay un enorme impacto en la demanda global. China representa la mitad de la producción, si hay un vacío del 3 o 4 por ciento (en exportaciones), tienes que 50 o 60 por ciento del total del comercio global es afectado de una sola vez, algo muy significativo», comentó.
México es el séptimo productor mundial de carne de cerdo, de acuerdo con la FAO. En 2018, Yucatán terminó como el cuarto productor porcícola nacional, con más de 144 mil toneladas, por lo que este caso podría representar una apertura del mercado global para la carne de cerdo yucateca.
Desde mediados de 2018, China reportó la presencia de un brote de esa enfermedad en sus animales, lo que causó que el gobierno del país ordenara el sacrificio de miles de ejemplares.
Luego de visitar las instalaciones de diversas granjas de la empresa porcícola mexicana Kekén en Yucatán, los funcionarios destacaron las acciones que tanto Chistensen como la yucateca están tomando en materia de sanidad para prevenir el contagio de sus animales.
«Pasos específicos, estamos empezando a sanitizar nuestros tráileres, descontaminar los contenedores, y enfocarnos en prácticas de seguridad en el entorno de la granja. También tratamos el maíz y otros ingredientes que provienen de China con calor para evitar y eliminar cualquier potencial de enfermedad», relató.
Respecto de las prácticas para el manejo de desechos, Jeff Rusch, vicepresidente de Operaciones de Christensen, reconoció que a diferencia de las prácticas de la yucateca, en Estados Unidos ellos emplean las excretas de los animales para la fertilización de campos de cultivo.
«Nuestro efluente es usado para fertilizar los campos y regresa a la tierra en forma de nutrientes y los cultivos lo pueden aprovechar», expuso. (El Financiero)