Los Ángeles mantuvieron a los mismos titulares en su línea de ataque en los 16 partidos de la campaña regular y los dos duelos de los playoffs. Su consistencia ha sido la clave para todo lo que hace el entrenador Sean McVay, con un equipo que promedió 32,9 puntos por partido, segundo en la liga.

Eso sí, es una zona en la que ninguno de los jugadores ha participado en este tipo de compromisos, pero que ahora tiene su recompensa.

“Tener esa consistencia es importante en todo lo que hacemos. Nos conocemos muy bien y eso es algo de lo que puedes depender cuando necesitas ejecutar algo importante en un partido”, dijo el tackle izquierdo Andrew Whitworth.

Por su parte, la ofensiva de los Patriots ha sido igualmente confiable. Tom Brady no fue derribado en ninguna de las dos victorias de Nueva Inglaterra en las rondas finales, con las defensas rivales consiguiendo zarandear apenas tres veces al quarterback, mientras trataban de frenar a un equipo que promedió 27,3 puntos por partido, cuarto en la liga.

Eso es algo que no pasó inadvertido para Brady, de 41 años. En los días después de la victoria en el partido de campeonato de la Conferencia Americana, contra Kansas City, colocó una fotografía en Instagram de su camiseta inmaculada. Acreditó a cada uno de sus compañeros de línea, escribiendo: “Ni una mancha de hierba”.

La última vez que el mariscal no fue derribado en dos partidos de los playoffs fue en la campaña de 2003, en las tres victorias de los Pats, incluyendo su triunfo en el duelo por el título contra Carolina.

“Pienso que ellos han rendido increíblemente bien todo el año. No hemos tenido muchos derribos y considero que ellos han hecho un gran trabajo protegiendo y en el juego terrestre, que eso lo dice todo. Fue un esfuerzo increíble la semana pasada y vamos a necesitarlo, porque este grupo es obviamente excepcional en la línea defensiva”, recalcó uno de los capitanes de los Patriots.

Mientras que Whitworth, de 37 años, es la piedra angular de la ofensiva de los Rams, con sus bloqueos y firme liderazgo desde que se fue de Cincinnati para sumarse a McVay, hace dos años. Ha sido el titular en todos los partidos, a excepción de uno en las últimas dos campañas, al igual que el guard izquierdo Rodger Saffold, el centro John Sullivan y el tackle derecho Rob Havenstein.

La continuidad de la ofensiva de los Rams es algo extraordinario en la NFL de hoy. Su único cambio de 2017 al 2018 fue hecho en la posición de guard derecho, donde Austin Blythe reemplazó al suspendido Jamon Brown por los dos primeros choques de la temporada y jugó tan bien que se adueñó de la posición.

La línea del equipo angelino es el barómetro del éxito en esta campaña. Cuando los linemen están jugando bien, como lo hicieron en las primeras 10 semanas de la temporada, el quarterback Jared Geoff opera fluidamente y el running back Todd Gurley encuentra agujeros en las defensas de los rivales.

Sin embargo, cuando flaquean, como ocurrió en Detroit y Chicago en diciembre, la ofensiva se atasca. Geoff fue presionado 51 veces en un tramo de cuatro compromisos en la campaña regular, algo que incidió en las derrotas contra los Bears y los Eagles de Filadelfia. En los primeros 10 duelos le enviaron la carga en 78 ocasiones.

“Todo el mundo sabe cuánto quiero a esos muchachos. Ellos son responsables por todo. Tenemos la mejor línea en la liga, en mi opinión, y ellos lo muestran en el terreno cada semana”, dijo Gurley.

Fuente: nación.com

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