Ante las importantes caídas en el valor de las criptomonedas el año pasado, que llevaron a su principal exponente, el Bitcoin, a perder 81% de su máxima cotización histórica, no es extraño pensar de manera negativa sobre su futuro. A pesar de ello, no sólo hay quien las defiende, sino que presenta argumentos para asegurar que en un futuro no muy lejano convivirán de forma importante con el dinero fiduciario.
En entrevista con El Economista, José Díaz Cuadra, vicepresidente y vocero de la Comisión de Tecnologías Financieras y Emergentes del Colegio de Contadores Públicos, afirma que el error no está en confiar en los activos digitales, sino en darles un uso para el que no fueron creados.
“Los activos digitales o criptomonedas no fueron creados con objetivos de especulación. No sirven para eso. Para entenderlos debemos comprender su comportamiento. La idea original es la de ofrecer un medio de pago descentralizado, veloz y sin intermediarios. La primera compra con criptomonedas fue de tres pizzas, hoy en día su valor es mucho más alto, pero también está lejos de su punto más alto”, explica.
Sobre las razones de por qué los activos digitales se convirtieron el año pasado en una burbuja que reventó y desplomó al Bitcoin de una cotización de 370,148 pesos hasta su actual valor de 68,945 pesos y al Ethereum, de 26,334 pesos a 2,270 pesos, detalla que el fuerte movimiento radicó en el mismo error de su uso.
“Con la popularización del Bitcoin comenzaron a surgir muchos otros activos digitales, los llamados altcoins. La misma demanda del mercado fue lo que causó el alza, pero no son un método de inversión y ya sabemos qué fue lo que pasó después. Estos activos no son para almacenarse, sino para pagar de forma más rápida”, dice
En un ecosistema, seres vivos con grandes diferencias entre sí interactúan en armonía, cada uno con sus respectivos procesos, pero sin romper del todo la relación en ciertos niveles. Quizá esa sería una comparación cercana a los pronósticos del experto para los activos digitales. “Las criptomonedas no desaparecerán, sólo que su uso retornará a sus principios”, asegura.
Díaz Cuadra confía en que México avanza de forma adecuada para que, en un futuro no muy lejano, el dinero fiduciario o físico conviva sin problemas con las criptomonedas. Explica que en nuestro país el tema tiene una mejor aceptación que en muchas partes del mundo. La llamada ley Fintech es la herramienta principal que permitirá al sistema financiero mexicano acercarse con pasos firmes hacia ese futuro.
“El primer paso era definir los activos digitales. Hoy la ley ya tiene un concepto. Restan dos pasos más: definir cuáles de éstos se aceptarán en México, y decidir cómo se van a regular”. De acuerdo con el experto, esto se logrará en dos años, por lo que prevé que su uso comience a aumentar en México en tres años.
Para ello destaca que será necesaria la participación de las instituciones financieras, cuya infraestructura será fundamental. “Lo difícil no es emitir activos digitales. Como sucedió con las tarjetas de débito, el reto será lograr que comiencen a aceptarlas. El tema no es fácil, pero va muy avanzado en cuanto a legislación”.
Sobre los proyectos de distintos países para crear criptomonedas basadas en divisas, como los criptodólares, el experto asegura que es complicado que tengan éxito, debido a las naturalezas diferentes de las divisas y los activos digitales. Respecto a la posibilidad de convertir en un futuro el mercado de divisas hacia estos activos es concreto: “En la imaginación y expectativa, es posible; en cuanto a regulación, es muy complicado”.
Fuente: El Economista