La semana pasada, la Guardia Nacional, el proyecto estrella del nuevo gobierno en materia de seguridad, se llevó una buena tunda. Salvo algunas excepciones, todos los panelistas invitados a participar en una serie de foros organizada por el Congreso criticaron ferozmente la idea, por razones de forma y fondo.
Esa zarandeada parece haber tenido efectos. El viernes, en el último foro de la serie, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, anunció una importante rectificación, pero en sentido estricto, ese planteamiento no implica un cambio.
En el dictamen aprobado en comisiones de la Cámara de Diputados hace un mes, ya se contemplaba que la Guardia Nacional acabaría ubicada en la SSPC, tras un periodo inicial de cinco años en la Sedena. Pero ahora la posición oficial parece ser que es innecesario ese quinquenio de transición. Así lo ratificó el propio Durazo