Gracias por asomarse a la Ventana…

 

 

Otra vez, ahora en Tlahuelilpan, la muerte exhibe su dominio sobre la vida… Ubicamos ese punto del mapa hidalguense a través de la tragedia que exhibe ausencia del estado derecho y presencia de vicios y vacíos institucionales…

A las dos de la tarde del viernes pasado, la fuga de gasolina apenas era perceptible; antes de las cinco, pobladores picaron dos veces el ducto para hacer el hoyo más grande; brotó un chorro de combustible de 9 metros que empapó a la horda de hombres, mujeres y niños, todos embriagados por ordeñar el ducto a placer con total impunidad, entre risas y borlote. Al diez para las 7 sobrevino la explosión. El relajo se convirtió en infierno…

Mucho se han comentado las particularidades de lo ocurrido, pero poco se hablará de lo que permite que estas desgracias sucedan de manera recurrente…

A lo mejor el ducto Tuxpan-Poza Rica-Tula, y los demás en zonas pobladas, no están bien vigilados o la vigilancia no es eficiente ni suficiente por parte de Pemex, como no fueron eficientes los elementos militares, gendarmes y policías municipales al quedar rebasados para contener a los festivos recolectores del combustible derramado; que no pudieron hacer mucho más por miedo a enfrentamientos con el México bronco, ahora que los soldados tienen orden superior de no reprimir a la gente. Hay queja de la CNDH contra la Defensa Nacional, por inacción…

Esta ha sido la primera desgracia ocurrida en el gobierno de López Obrador, quien no descarta actos de sabotaje en este pavoroso caso, como en lo anteriores…

Es un hecho que el “huachicoleo” escala desde 2016 por el vacío del poder que no quiso o no pudo contener la rapiña de combustibles, revela el nuevo fiscal General de la República…

¿Entonces, a quién culpar?

¿Usted cree que los vecinos de Tlahuelilpan son los únicos responsables?