El acceso y ejercicio efectivo del derecho a la educación no es igual para todos los mexicanos, de acuerdo con el Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social), algunos grupos poblacionales presentan mayores dificultades para el desarrollo académico.
Las brechas sociales se presentan por regiones, género, edad, condición social, condición económica o discapacidad e imposibilitan el desarrollo académico de la población mexicana en conjunto.
La desigualdad impacta negativamente al aparato educativo nacional en su totalidad, por lo que la atención a los grupos vulnerables debe ser prioritaria. Garantizar el acceso a la educación de toda la población e igualar la calidad de todas las unidades escolares deben ser ejes de las políticas educativas, sugiere el Estudio Diagnóstico del Derecho a la Educación del Coneval.
Brechas por condición económica
Las desigualdades más pronunciadas en el sistema educativo público se encuentran entre grupos socioeconómicos. Los ingresos de las familias determinan en gran medida el destino académico de los niños y jóvenes mexicanos.
En el decil I, donde se encuentran los más pobres, 16 de cada 100 son analfabetas y 30 de cada 100 no tienen estudios básicos obligatorios. En contraparte, los mexicanos más ricos, ubicados en el decil X, tienen una razón de analfabetismo de sólo 1 por cada 100 y la cifra de quienes no terminaron la educación primaria se reduce a 4 por cada 100, de acuerdo con cifras del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).
Un factor determinante en el acceso a la educación pública es el otorgamiento de becas y beneficios monetarios. En México sólo 28% de los pobres extremos por ingresos en edad escolar recibe algún apoyo monetario para la educación, según cifras del Coneval.
Los recursos monetarios de los mexicanos no sólo limitan el acceso a la educación, también limitan el aprovechamiento de los conocimientos de los estudiantes y su desempeño académico. La proporción de alumnos con nivel satisfactorio es el doble en zonas de baja marginación en comparación con zonas de alta marginación.
Brechas por condición étnica
La población con mayor dificultad para el ejercicio del derecho a la educación es la población indígena. En México alrededor de 445,000 indígenas de entre 3 y 17 años no asiste a la escuela y por lo menos 3.5 millones de personas indígenas mayores de 15 años no concluyeron la educación básica obligatoria.
El nivel educativo en general es mucho menor para este grupo poblacional. Mientras que la población no indígena alcanza un nivel de analfabetismo del 4% para los indígenas la cifra incrementa a 21% en el rango de edad de 30 a 64 años. En el país 82 de cada 100 indígenas mayores de 65 años no terminó la educación básica, de acuerdo con cifras del Inegi.
El tiempo y medio de traslado hacia la escuela es uno de los principales impedimentos para el desarrollo académico de los indígenas: 55 de cada 100 estudiantes de secundaria con tiempo excesivo de traslado realiza el camino a pie, para los no indígenas la relación baja a 14 por cada 100.
La mayor parte de las escuelas en comunidades indígenas son multigrado, es decir, que en una misma aula estén estudiantes de distintos grados a cargo del mismo docente. Esta modalidad es la que presenta los peores resultados académicos, de acuerdo con los resultados de PLANEA 2015.
El aprovechamiento de los estudiantes indígenas se encuentra sesgado negativamente, esta situación también se explica debido a la calidad educativa que reciben. La mayor parte de los profesores de escuelas indígenas no cuenta con licenciatura y no tienen programas de estudio, los alumnos no reciben los libros de texto y los que reciben no están impresos en sus lenguas maternas, reciben la mayoría de las clases en español, según información del Coneval.
Brechas regionales
Las brechas sociales se expresan de manera importante entre regiones. La disponibilidad de escuelas, profesores y materiales en estados como Chiapas y Oaxaca apenas alcanza para cubrir al 50% de la población potencial para educación básica, un nivel significativamente menor si se compara con la Ciudad de México que tiene capacidad para dar educación al 120% de los mexicanos en edad de estudios básicos.
Nuevo León es el único estado que cuenta con más del 80% de escuelas primarias con infraestructura necesaria para los alumnos. En trece estados de la república (la mayoría en el Sur y Sureste) la cifra alcanza apenas el 12% de las escuelas, según las últimas cifras del Cemabe (Censo de Escuelas Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial).
Otro de los factores que propician que algunos estados tengan mayor rezago es la accesibilidad, que se ve afectada por los tiempos de traslado. En este aspecto Chiapas, Chihuahua, Hidalgo, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Veracruz y Zacatecas son las entidades en las que los alumnos, en promedio, ocupan más tiempo para ir a sus escuelas.
La condición económica también limita el acceso a la educación, en Guerrero, Puebla, Oaxaca, Guanajuato y Veracruz al menos 20 de cada 100 niños y jóvenes no asisten a la escuela por falta de recursos económicos, según cifras del Inegi.
El aprovechamiento es un factor que refleja las diferencias en el ejercicio efectivo del derecho a la educación, de acuerdo con los resultados de las pruebas PISA del 2012 (no se tienen resultados por estado para la prueba del 2015), Aguascalientes, Nuevo León y Jalisco obtuvieron puntajes mayores a 435 en todas las pruebas, mientras que Guerrero, Chiapas y Tabasco no alcanzaron ni siquiera el umbral de 400 puntos en ninguno de los rubros.
Brechas por género
Otra brecha importante es la que se presenta de acuerdo con el género, en edad de educación primaria y secundaria las mujeres presentan mayor nivel educativo, sin embargo, en los niveles altos de educación los hombres tienen la ventaja, de acuerdo con el Coneval, el factor determinante es la maternidad, que sesga negativamente el desarrollo académico y profesional de las mujeres.
Hasta el 2014 sólo el 16% de las mujeres en situación de embarazo o maternidad asistía a la escuela. Y al menos 4 de cada 100 mujeres que dejaron la escuela lo hizo porque se embarazó. Por lo que para eliminar estas desigualdades educativas se debe extender la cobertura de programas o becas para embarazadas o madres jóvenes.
Fuente: El Economista