“Es como un dolor de muelas para AMLO”, me dijo uno de los personajes más cercanos al Presidente cuando se refirió al Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García. “Claro que el jefe no lo hará evidente en público; de hecho, se mostrará muy fraternal con él ahora que visite el estado, pero por dentro está de verdad preocupado, te lo digo con conocimiento de causa”.
Cuando López Obrador era candidato el estado que más visitó fue Veracruz. No lo hizo por casualidad, tenía perfectamente claro que arrasando en el cuarto estado con mayor número de votantes en México, lograría consolidar su victoria, tomando en cuenta que en su presupuesto estaba aplastar en la CDMX.
Y así fue, nunca antes un candidato a la Presidencia había juntado en Veracruz los votos que AMLO obtuvo, de tal manera que “por arrastre”, (y sólo por “arrastre”), ocurrió lo que Cuitláhuac García no habría logrado bajo ningún escenario: ganar la gubernatura al hijo de Miguel Ángel Yunes Linares, es decir, a Miguel Ángel Yunes Márquez.
Cuitláhuac García se mostraba dubitativo en los debates, la gente no lo vio, pues apoyaba a López Obrador; Cuitláhuac García trastabillaba al hablar de finanzas en cuanto foro se paraba, la gente no lo vio, pues apoyaba a López Obrador; Cuitláhuac García evidenciaba desconocimiento en seguridad pública, la gente no lo vio, pues apoyaba a López Obrador. Los dos Yunes, tanto Miguel como José, del PAN y el PRI respectivamente, siempre fueron más claros en sus argumentos.
La inmediata respuesta del entonces candidato García se limitaba a la supuesta existencia de un plan que nunca explicó a cabalidad, y cuando lo “detallaba” en campaña, se reducía a una seguidilla de frases retóricas que englobaban mucho, pero decían nada.
Hoy, según me dicen, el Presidente sabe que se equivocó repitiendo como candidato a Cuitláhuac García habiendo cuando menos dos o tres perfiles más aptos, pero ante la imposibilidad de echar el tiempo atrás, el tabasqueño ha decidido intentar levantar a su Gobernador en Veracruz, cueste lo que cueste.
“AMLO irá por tercera vez a Veracruz en poco más de 100 días de Gobierno y no es casualidad. Tiene dos objetivos: continuar cuidando su propia imagen y decirle a la gente que Cuitláhuac García realiza un gran trabajo, y que si avanza lento, es por lo derrumbado que le dejaron el estado”, me escribieron desde Palacio Nacional.
“La visita de este fin de semana a Veracruz es básicamente para sacar de terapia intensiva a Cuitláhuac García ante su propia gente, buscando hacer ver que las cosas no están mal, y para eso, le dará todo su apoyo en público, lo cobijará, pero la verdad es que estamos muy preocupados por su lentitud como Gobernador”.
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