El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, condenó hoy y calificó de «inadmisible» y contraria a la carta de la ONU la postura de Estados Unidos «y de quienes les siguen ciegamente» sobre la situación en Venezuela.
Es «una conducta inadmisible, que sabotea los principios de la carta de las Naciones Unidas y las leyes internacionales», dijo Lavrov en Rabat, donde hoy efectuó una visita de trabajo dentro de su gira por el Magreb.
El ministro ruso calificó la posición de Estados Unidos como «una política destructiva» porque significa «un llamamiento directo al golpe de Estado» y supone una «injerencia en los asuntos internos de los países».
Rusia es hasta ahora el principal aliado internacional con que cuenta el presidente venezolano, Nicolás Maduro, junto con China, Turquía, Bolivia, Cuba y Nicaragua.
De hecho, a las pocas horas de que Juan Guaidó se proclamase el miércoles presidente interino de Venezuela, el ministerio ruso de Exteriores publicó un comunicado en el que expresaba su firme respaldo a Maduro y denunció «el propósito de aplicar un guión ya probado de derribo de gobiernos indeseados».
Rusia está lista para mediar en un eventual diálogo entre el gobierno de Venezuela y la oposición, y llamó a evitar una intervención extranjera en esa nación sudamericana, dijo hoy el director del Departamento de América Latina del Ministerio ruso de Exteriores, Alexandr Schetinin.
“Hemos declarado que si se requiere nuestra mediación, estamos preparados para ello», dijo el funcionario a en declaraciones a la agencia rusa de noticias Sputnik.
Schetinin afirmó que lo más importante en estos momentos es evitar una injerencia extranjera.
Aseguró que su gobierno “ha tomado nota de las insinuaciones hechas por los más altos líderes estadunidenses, creemos que en este caso la tarea es que no haya influencia externa, sobre todo militar, en la situación interna en Venezuela».
Sobre este tema manifestó su satisfacción de que la «gran mayoría de actores regionales» comparta el rechazo a una intervención militar en Venezuela, sin importar su postura respecto al gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro.
La crisis política en Venezuela se agravó esta semana luego que el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, se autoproclamó presidente encargado del país, mientras que el presidente Maduro rechazó dimitir y recibió el respaldo del poder Judicial y de los militares.
Mientras, la comunidad internacional se encuentra dividida entre los gobiernos que reconocen a Guaidó y los que apoyan a Maduro, y los que se pronuncian por la no intervención.
Fuente: Crónica