El juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán se ha reanudado con el testimonio de un antiguo protegido, Vicente Zambada Niebla, que ha detallado los entresijos de los negocios del narco y, como ya hiciera el año pasado su tío y también testigo, Jesús Zambada, confirmó que Guzmán ordenó el asesinato en 2004 de Rodolfo Carrillo Fuentes, uno de los máximos responsables del cártel de Juárez, por negarse a darle la mano durante una reunión.
Zambada, conocido como ‘El Vicentillo’, es el primogénito del actual líder del cartel de Sinaloa, el prófugo Ismael El Mayo Zambada.
Vicentillo se declaró culpable en Chicago del tráfico de miles de kilos de cocaína y ha aceptado el papel de testigo con la esperanza de ver reducida su futura sentencia.
Al principio, se esperaba que Zambada fuera procesado por cargos de contrabando de toneladas de drogas mientras servía como la mano derecha de su padre. Pero antes de que comenzara el juicio, sus abogados afirmaron que durante años había estado trabajando en secreto como espía para la Agencia Antidroga de Estados Unidos, la DEA, intercambiando información sobre sus rivales a cambio de la capacidad de administrar su negocio libremente.
Tras saludar a El Chapo, Zambada procedió a explicar en detalle su relación con el ‘narco de los narcos’, con quien comenzó a trabajar a los 15 años de edad con el beneplácito de su padre, para coordinar los envíos de droga desde Sudamérica y Centroamérica hasta la frontera con Estados Unidos.
La relación se estrechó tras la espectacular fuga protagonizada en 2001 por Guzmán, quien una vez en libertad aseguró a Vicente que había escapado «escondido en un carro de la lavandería», y con la ayuda del guarda corrupto Francisco El Chito Camberos Rivera, quien empujó personalmente el carro donde estaba escondido el narcotraficante a través de todos los puestos de control.
Vicente aseguró también que ni el director del Penal de Puente Grande ni el entonces presidente de México Vicente Fox tenían conocimiento de antemano de la fuga de Guzmán, desmintiendo informaciones que aseguraban lo contrario.
El protegido de Guzmán también declaró que, en 2007, se reunió con un grupo de «políticos de alto nivel» y representantes de Pemex, la compañía petrolera nacional de México, para discutir con el conocimiento de El Chapo un plan para enviar 100 toneladas de cocaína en un petrolero propiedad de la firma.
EL ASESINATO DE CARRILLO FUENTES
Tras detallar que su padre y El Chapo sobornaban habitualmente a las fuerzas de seguridad — con un «presupuesto» mensual que se movía en torno al millón de dólares –, El Vicentillo confirmó que Guzmán Loera ordenó la muerte en 2004 de Rodolfo Carrillo Fuentes.
Fuentes fue acribillado a tiros a la salida del cine en un centro comercial de Culiacán, en Sinaloa, acompañado de su mujer, Giovanna Quevedo, y de sus dos hijos. «Le localizaron en un centro comercial», ha relatado Vicente en declaraciones recogidas por el ‘New York Times’, «y cuando salió Carrillo, le asesinó la gente de mi compadre Chapo».
Vicente lamentó que el tiroteo acabara matando a la mujer de Fuentes, aunque sus dos hijos sobrevivieron al ataque. «Fue una desgracia», ha declarado Vicente, quien ha asegurado que Carrillo estaba acompañado de miembros de la Policía Judicial mexicana.
Todo, según declaró el año pasado su tío, Jesús El Rey Zambada, porque Fuentes — hermano menor de los capos Amado y Vicente Carrillo Fuentes, líderes del cartel de Juárez-, dejó a El Chapo «ahí con la mano estirada», tras negarse a estrechar su mano durante un encuentro.
«El Chapo estaba enojado» y dijo «que lo iba a matar» porque «no aguantaba más a Rodolfo», según Jesús Zambada.
Fuente: El Universal