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A 3 años de su muerte, el fenómeno David Bowie no para de crecer

Publicado por
Aletia Molina

Sola una semana después de su muerte, hace tres años, Bowie alcanzaba el cosmos. Su figura, su música, su obra lo habían colocado hacía tiempo entre los astros de la cultura popular, pero fue recién cuando un grupo de astronomos belgas nombró a una constelación de siete estrellas, cercana a Marte -no podía ser de otra manera- con su nombre que alcanzó aquello que tanto lo había obsesionado e inspirado a lo largo de su carrera: la conquista del espacio, la vida más allá de las fronteras que lo ojos humanos pueden dibujar en el horizonte. La eternidad.

Fue el primero de una infinidad de tributos. Quizá el más merecido de todos. Pero aquí, en la Tierra, también se gestaron una infinidad de homenajes. Y es que el legado del gran músico londinense, como su influencia, aún hoy, sigue despertando admiración y reconocimiento. En los últimos años salieron una serie enorme de discos, libros, incluso una app muy reciente, sobre el artista que experimentó con más estilos de lo que era humanamente posible. Porque, sabemos, Bowie fue un verdadero Starman.

El pasado 8 de enero, en que el Bowie hubiese cumplido 72 años, se lanzó al mercado la app David Bowie Is…, que recorre a través de 500 imágenes la exposición homónima que, desde 2013 a 2018, recorrió museos de Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Alemania, Holanda, Brasil, Canadá, Japón, Italia, Australia y España, entre otros países.

La aplicación, realizada por David Bowie Archive y Sony Music Entertainment (Japón) Inc, consta de capturas en altísima resolución de las diferentes facetas estéticas que convirtieron a quien comenzara su carrera como David Jones en una leyenda: trajes, bocetos, notas, letras escritas a mano, videos musicales y algunas de sus pinturas.

El recorrido virtual tiene un guía de lujo: el actor británico y amigo personal de Bowie, Gary Oldman, quien en un comunicado de prensa comentó: «Es genial que sus seguidores puedan experimentarlo. Fue un privilegio estar involucrado».

Disponible para Android e iOS, David Bowie Is… no es gratuita, sino que descargarla tiene un valor de USD 8,84 ó 7.99, respectivamente.

Dos días antes de su muerte, Bowie lanzó Blackstar, un gran disco en el que hace algunas referencias al su posible partida hacia lo desconocido. A lo largo de sus 49 años de carrera, editó 25 discos de estudio y vendió más de ciento treinta y seis millones de copias. Desde su muerte, la mayoría de esos álbums fueron reeditados y salieron, al menos, ocho producciones innéditas.

Uno de los primeros en salir fue No plan (2017), con temas compuestos durante las sesiones de Blackstar para su musical para teatro Lazarus, que continúa en cartelera en Londres.

También se sumaron la reedición de las bandas sonoras que creó para las películas de culto Laberinto y El hombre que cayó a la tierra; discos en vivo como Cracked actor (Live Los Angeles ’74); Live Nassau Coliseum ’76; un single con la primera versión de Let’s dance e incluso su debut comercial en 1977 en EEUU, que entonces solo se distribuyó de manera promocional, retitulado Bowie Now.

Entre otras piezas imperdibles para fanáticos se encuentran cuatro Box Sets: Five Years (1969-1973) -entre ellos el mítico The Gouster, el álbum que terminó convirtiéndose en Young Americans y que por años se creía una leyenda–; Who Can I Be Now?,que incluye su obra entre 1974 y 1976; A new career in a new town (1977-1982) y Loving the alien (1983-1988), publicado hace apenas tres meses. De acuerdo a la revista Newsweek esta recopilación, que incluye algunas obras hasta entonces inéditas, es parte de un proyecto que el artista había dejado en vida y que continuará.

Además de Loving the alien, en los últimos meses de 2018 se realizaron dos lanzamientos más con presentaciones en vivo de dos momentos bien diferentes de su carrera. Por un lado, Welcome to the Blackout (Live London ’78), 24 temas interpretados durante su «Etapa berlinesa», cuando ya había bajado a Ziggy Stardust de los escenarios.

El disco corresponde a la gira Isolar II world tour, realizada luego del lanzamiento de Heroes, en la que recorrió 12 países y dio 70 conciertos. De acuerdo a su biógrafo, David Buckley, aquella gira fue la primera en cinco años que el músico «no se hubiera anestesiado con copiosas cantidades de cocaína antes de subir al escenario» y cuando estaba «en una condición mental lo suficientemente saludable como para querer hacer amigos». De aquel tour también puede encontrarse el álbum en vivo Stage, lanzado ese mismo año.

El disco Glastonbury 2000 es también una perla, ya que aquella presentación es considerada por algunos especialistas como una de las mejores jamás realizadas en la historia del festival. La coorganizadora del evento, Emily Eavis, comentó: «A menudo me preguntan cuál es el mejor set que he visto aquí en Glastonbury, y la actuación de Bowie en el 2000 es siempre una de las que pienso primero. Fue fascinante; tenía una multitud absolutamente inmóvil. Creo que Bowie tuvo una relación muy profunda con Worthy Farm y contó algunas historias maravillosas sobre su primera vez en el Festival en 1971, cuando se quedó en la granja y actuó a las 6 de la mañana cuando salía el sol. Realmente fue un show muy especial y emocional».

El extraordinario disco, de 33 temas, es una seguidilla de éxitos, que atraviesa mucho de los grandes hits de toda su carrera. Desde clásicos de los inicios de su carrera como Life on Mars?, Starman, The Man Who Sold the World, Rebel Rebel y Ziggy Stardust; su políticamente incorrecta etapa como Thin White Duke, con el cover de Wild Is the Wind; de la trilogía de Berlín, con Station to Station, Heroes; su etapa dentro del New Romantic y pop de los ’80, con Ashes to Ashes, China Girl o Under Pressure a su faceta electrónica durante los ’90, con Little Wonder y Hallo Spaceboy, entre otros.

Sin dudas, durante el año habrá más novedades -nuevos box sets- e incluso una joya que está en etapa de preparación: los demos y jams que realizó con Queen durante la grabación de Under Pressure. Por otro lado, desde Parlophone anunciaron la salida del box-set Spying Through A Keyhole,  una serie de demos y pistas raras de la época de Space Oddity (1969).

Bowie fue un devorador de libros. De hecho, el año pasado su hijo, Duncan, reveló una lista de sus 100 libros favoritos. Más allá de sus lecturas predilectas, el artista también fue el foco de diferenteS publicaciones, desde recopilaciones de entrevistas, a biografías, algunas ilustradas, y hasta obras sobre cómo su música influenció a otros artistas.

Bowie por Bowie (Planeta) es una obra en que se reúnen entrevistas a lo largo de toda su carrera hasta 2003, el momento que por motivos de salud dejó de tener contacto con la prensa.

Lo interesante del libro es que la imagen del artista no está mediatizada por la visión de un periodista, más allá del trabajo de Sean Egan como recopilador y editor, sino por las propias palabras de Bowie. A lo largo de sus páginas hay un aproximación directa a lo que pensaba no solo sobre su obra musical, sino también acerca de las distintas artes que practicó, como la pintura, la escritura, la decoración, la escultura y la moda, entre otras.

En Bowie. Una biografía (Lumen) se recrea su vida, pero de una manera poca ortodoxa. No se trata solo de una recopilación de hitos, sino de una especie de semblanza novelada, donde como en la vida del artista la ciencia ficción se mezcla con hechos reales, todo bajo la pluma de Fran Ruiz e ilustrada por María Hesse, autora de Frida. El libro es una invitación para aquellos que no conocen o están descubriendo su obra.

También con una propuesta con un fuerte hincapié en la estética y en su influencia se encuentra David Bowie Tribute (Monsa), donde 41 artistas -escritores, periodistas, ilustradores, entre otros- de diferentes estilos y partes del mundo destacan la inspiración que sintieron por el genio camaleónico.

En el mismo tenor, la revista de poesía española La Galla Ciencia lanzó a fines de 2016 el pequeño pero bellísimo David Bowie, en el que 30 músicos, productores, poetas, narradores, periodistas e ilustradores plasman su visión acerca de Ziggy Stardust o, simplemente, dejan sobre el papel la herida que les causó su desaparición.

Para aquellos que busquen libros álbum imprescindibles existen varias propuestas. Uno es The Rise of David Bowie (Taschen), el tributo que le realizó su fotógrafo oficial y socio creativo, Mick Rock. Esta edición de 2015, anterior a la muerte de Bowie, recopila muchas instantáneas tanto en lo escenarios como en el backstage de sus recitales, cubiertas de álbumes e incluso recortes de prensa durante la vanguardista gira mundial Ziggy Stardust de 1972 y 1973.

Por su parte, David Bowie Is Inside (Malpaso) es una publicación al estilo catálogo de la expo que recorrió el planeta, que fue inaugurada en el Victoria and Albert Museum de Londres.

Al igual que la app relatada por Gary Oldman, el libro está realizado a partir de archivos personales: más de 300 imágenes que van de fotos, portadas de discos, trajes, partituras y otros objetos del artista. Además, la publicación cuenta con ensayos de Victoria Broackes y Geoffrey Marsh, quienes analizan su propuesta estética y su influencia en la cultura; un análisis musical de Howard Goodall; un estudio sobre género y decadencia de la escritora Camille Paglia y un análisis de Jon Savage sobre la relación de Bowie con sus fans y con William S. Burroughs.

Para los que deseen recorrer su historia de una manera tradicional se encuentra Bowie, Vida y Discografía (Blume). La obra recorre desde sus inicios todos los álbumes de estudio, los realizados para películas y de presentaciones en vivo, con su necesario contexto social que ayuda a comprender por qué es uno de los artistas más importantes del siglo XX y de la historia post-moderna. Además de fotografías icónicas y otras desconocidas, el material documental incluye una variada cantidad de anécdotas.

Fuente: Infobae

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Aletia Molina