El proceso legislativo debe atemperar las pasiones, permitir hablar a todos y abrir oportunidades al diálogo, especialmente en las comisiones. Alterar algún procedimiento para tener una ventaja indebida es reprobable y desacredita al operador en una actividad donde cada quien vale lo que su palabra.
Ayer el senador Juan Zepeda fue sacado de la Comisión de Justicia por decisión de la Junta de Coordinación Política, presidida y controlada por Ricardo Monreal, para colocar en su lugar a Lucía Virginia Meza.
El órgano de gobierno define los asientos de comisión para cada bancada, y es prerrogativa de los coordinadores colocar y remover a los legisladores a su cargo.
La Junta de Coordinación Política se extralimitó no sólo al remover al senador Zepeda, sino al poner a alguien de otro grupo parlamentario. ¿Por qué? Para tener mayoría en la comisión que emitirá el dictamen sobre quién será elegido ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en sustitución de José Ramón Cossío.
Hay pocas tonterías mayores en política que quemar relaciones, y con este acto Monreal está dañando su confiabilidad. Puede tener el control en este momento, pero no vale la pena hacer lo que hizo por tan poco.
Fuente: Político.mx