Gracias por asomarse a la Ventana…
El discurso de Andrés Manuel López Obrador en el Congreso no pasará a la historia como una pieza mayor de oratoria florida sino por su recurrente congruencia larvada durante años de terca reflexión… Fue una reiteración de ideas cuya defensa ha constituido su doctrina política plasmada en discursos, a lo largo de la más larga campaña electoral de México, y en “La Salida”, su libro de dogmas…
La inauguración de la presidencia austera; la devastación del neoliberalismo hipócrita culpable de la falta de crecimiento económico; la tregua a los empresarios; el punto final a la corrupción y la impunidad, con perdón y olvido a quienes le llenaron de espinas el camino al poder y calabozo a los suyos que se atrevan a traicionarlo…
La lucha por los pobres; la seguridad como mayor reto, que él atenderá personalmente; la prioridad de los programas sociales; la honestidad valiente… todo eso hizo de la Toma de Posesión una confirmación; no una novedad…
En ese sentido López Obrador decepcionó sólo a quienes no lo conocen…
En el Zócalo, hubo un cierre de campaña, de rodillas, bajo humos de copal, ante el pueblo esperanzado, optimista; el pueblo que pone y quita…
Así fue el 1D de la 4T, el primer informe del gobierno popular, de López Obrador, el primer presidente de izquierda, a la cabeza de una República renovada, con las riendas del poder en las manos… sin derecho a fallar…
Hay optimismo y esperanza, cierto; también riesgo e incertidumbre…