Al arranque del famoso periodo “Guadalupe-Reyes” es indispensable cobrar conciencia sobre la importancia de cuidar el balance energético entre lo que se come y cómo se puede quemar la energía consumida.
Así lo reveló el doctor Rafael Álvarez Cordero, miembro de Quiero Saber Salud, al hablar sobre la necesidad de hacer pequeños cambios en la dieta antes de este lapso.
Explicó que al iniciar la temporada de fiestas, se comienza con la costumbre de consumir botanas antes de los alimentos festivos, las cuales proporcionan hasta tres mil calorías, entre cacahuates, frituras y dulces.
A ello se suma el hecho de que se duerme menos, por lo que el cuerpo se ve en la necesidad de almacenar más calorías para recuperarse del desgaste y que normalmente se haría mediante las horas de sueño.
Como resultado de ello, al llegar al mes de enero, “descubrimos que tenemos de 4 a 10 kilogramos de más, además de que nuestra masa muscular disminuye por la falta de ejercicio, por lo que inician las alteraciones del cuerpo que pueden derivar en enfermedad».
¿Por qué cada vez te dura más la cruda? Ante ello, aseveró que es indispensable aprender a conocer y definir el balance energético personal, que es el equilibrio entre lo que se consume y lo que se quema con la actividad, y de ahí asumir una alimentación equilibrada y sana.
El problema se traduce en el hecho de que tres de cada cuatro camas de hospital están ocupadas por pacientes con enfermedades crónicas, y todo como resultado de una alimentación desequilibrada.
Lo que deriva del hecho de que el 80 por ciento de las personas que tienen problemas de sobrepeso no consideran que los tienen, y todo por la falta de una cultura de alimentación adecuada.
En ese sentido, la nutrióloga Mónica Hurtado afirmó que no se trata de dejar de comer o abstenerse de ir a fiestas porque “vamos a comer de más”, sino a aprender a cuidar las dosis de alimentos que se consumen y la actividad física diaria.
Abundó que existe el mal hábito de comer botanas antes de los alimentos, pensando que “solo se trata de un bocadillo chiquito” cuando en realidad se consumen hasta tres mil calorías que se suman a los platillos fuertes, entre pan de muerto, pozole, tamales, pasteles y carnes.
El resultado, un completo desbalance entre lo que se come y lo que verdaderamente se necesita, y que se traduce en un problema de sobrepeso y obesidad.
En ese sentido, resaltó la posibilidad de auxiliarse con el consumo de edulcorantes y que ayudan incluso a reducir hasta el 100 por ciento de los sacáridos que consumen las personas de manera normal y que a la larga favorecen problemas de diabetes.
Al respecto, Elizabeth Reyes Castillo, vocera de la Federación Mexicana de Diabetes (FMD) mencionó que es necesario aprender a cuidar las dosis de alimento que se consumen, ya que comer sano no siempre es garantía de que se come bien.
Uno puede decir, yo como pollo y arroz, pero en realidad se echa dos cazuelas de pollo con mole y arroz, lo que resulta un engaño”, comentó, aludiendo a la mentalidad típica del mexicano.
Puntualizó que estos son los elementos que consideran en la FMD, y que si no se cuidan pueden favorecer el desarrollo de diabetes o empeorar las condiciones de quienes padecen esta enfermedad. (Excélsior)