También conocidos como belenes o pesebres navideños, esta decoración es una representación en miniatura del nacimiento de Jesús en Belén, aunque en un origen no se utilizaban maquetas.
San Francisco de Asís, ayudado por clérigos locales, construyó una casa de paja con un portal y un pesebre cerca de la capilla para que los habitantes de la localidad que se ofrecieran, participaran en una representación en vivo del nacimiento de Jesús, en la cual, cada persona jugaría el papel de cada personaje presente en la escena.
La tradición de los nacimientos vivientes se fue expandiendo por Europa y continuó por algunos años hasta que en el siglo XV, en la ciudad de Nápoles se realizó el primer nacimiento hecho con figuras de barro.
Luego de que los nacimientos de barro reemplazaran a los vivientes por todo el continente, los colonizadores españoles llevaron esta tradición al Nuevo Mundo para evangelizar a las poblaciones indígenas.
Desde ese entonces, la tradición ha perdurado y la comunidad católica suele colocar esta representación cada mes de diciembre.
Fuente: Milenio