Autoridades de Estados Unidos elevaron a 23 la cifra de muertos por los incendios que azotan el norte de California.
El Departamento del Sheriff del Condado de Butte informó que descubrieron 14 cuerpos esta tarde en autos y casas del lugar.
La conflagración, que inició este jueves en el norte del Estado, es ya considerado el tercero más destructivo en la historia de California, luego de haber arrasado más de 6 mil 500 casas y engullido casi toda la ciudad de Paradise.
Los servicios de emergencias del Estado indicaron en una conferencia de prensa la mañana del sábado que el bautizado como «Camp Fire» ha quemado 6 mil 453 hogares, 260 edificios comerciales y 40 mil 500 hectáreas, mientras que por ahora los bomberos han logrado contenerlo en un 20 por ciento.
La mayoría de los edificios ardieron en la localidad de Paradise, de unos 26 mil habitantes.
Debido a los fuertes vientos que soplan en la zona, y que junto a la sequedad del terreno han contribuido a la rápida expansión de las llamas, el humo se desplaza cientos de kilómetros y ha alcanzado el área de la bahía de San Francisco (unos 280 km al suroeste), donde se ha declarado alerta roja por la mala calidad del aire.
En paralelo al fuego de «Camp», otros dos grandes incendios están activos en el sur de California, cerca de Los Ángeles, siendo el mayor de ellos el «Woolsey Fire», que según indicaron las autoridades ya ha arrasado 28 mil hectáreas.
Dos cuerpos fueron hallados en la localidad de Malibú, conocida por ser el hogar de varios famosos de Hollywood, pero la oficina del alguacil del condado de Los Ángeles apuntó en un comunicado que «todavía es demasiado temprano» para determinar si estas dos personas murieron por el fuego o por otras causas.
La conflagración ha arrasado varias casas en Malibú, Calabasas y la población de Thousand Oaks, donde la noche del miércoles se produjo un tiroteo en un bar en el que perdieron la vida 13 personas, incluido el atacante.
Esta mañana, el Presidente estadounidense, Donald Trump, culpó a las autoridades californianas de una «absoluta mala gestión» por los incendios y amenazó con cancelar futuras ayudas federales.
El Mandatario aprobó una declaración de emergencia para el Estado ayer viernes, que ofrece a las zonas afectadas suministros de ayuda y soporte aéreo y de transporte, pero insistió en que podría no repetirlo en el futuro.
Fuente: Reforma