Los rebeldes hutíes declararon este lunes el cese de los ataques con misiles y drones contra Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y sus aliados yemeníes, en un esfuerzo para encauzar el proceso de paz.
El Comité Supremo Revolucionario, la máxima instancia de los rebeldes, señaló que «tras nuestros contactos con el enviado de la ONU y su petición de parar los ataques con drones y misiles […] anunciamos nuestra iniciativa […] de cesar los ataques con misiles y drones contra los países agresores».
Los hutíes buscan «apoyar al enviado de la ONU, mostrar buena voluntad y el apoyo a los esfuerzos de paz», indicó el grupo en el comunicado.
También agregaron que se muestran dispuestos a un alto de fuego más amplio en el caso de que «la coalición liderada por Arabia Saudita quiera la paz».
Un líder de alto rango de los rebeldes chiítas de Yemen confirmó que el grupo detendrá el lanzamiento de cohetes a Arabia Saudita por el esfuerzo de la paz.
Una coalición liderada por Arabia Saudita ha estado librando una guerra contra los rebeldes, conocidos como hutíes, para restaurar el poder del gobierno internacionalmente reconocido de Yemen.
El líder rebelde, Mohammed Ali al-Houthi, dice que los rebeldes respaldados por Irán ordenaron el cese de los ataques con cohetes y aviones no tripulados contra los sauditas y las fuerzas leales a la coalición de los Emiratos Árabes Unidos a pedido del enviado especial de la ONU, Martin Griffiths.
La declaración fue transmitida por medios controlados por los rebeldes el lunes temprano.
Griffiths anunció el viernes que ambas partes acordaron asistir a las conversaciones en Suecia destinadas a poner fin a la guerra de tres años.
La presión internacional ha aumentado sobre ambas partes del conflicto para poner fin a la guerra que ha matado a más de 10 mil personas y ha llevado al país al borde de la inanición.
Por su parte, el enviado especial de Estados Unidos, Martin Griffiths, está tratando de salvar las conversaciones de paz después de que una ronda en septiembre colapsó cuando los hutíes no se presentaron.
Griffiths espera convocar conversaciones antes de fin de año en Suecia para acordar un marco para la paz bajo un gobierno de transición.
El gobierno de Yemen, apoyado por la coalición saudí, dijo la semana pasada que suspendieron temporalmente una gran operación en la ciudad rebelde de Al Hudayda, sobre el Mar Rojo.
Los rebeldes tomaron el poder en Saná en septiembre de 2014 aprovechando la corrupción del gobierno de transición surgido de las protestas de 2011.
En marzo de 2015, la coalición saudita inició una brutal guerra para restaurar en el poder al presidente yemení, Abd Rabbo Mansur Hadi.
En tres años, los combates suman más de 10 mil muertos, mil 500 de ellos niños, la mayoría civiles, según Naciones Unidas (ONU).
El organismo advierte que Yemen está al borde de una catástrofe humanitaria y que más de la mitad de la población, 14 millones, están en condiciones previas a la hambruna. Unos 500 mil niños están desnutridos y muchos morirán en los próximos meses.
La intervención militar, con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y respaldada por los países occidentales (en especial, Estados Unidos y Reino Unido), no ha logrado desalojar a los insurgentes de Saná y ha agravado las fracturas regionales, políticas y sectarias de Yemen.
Pero sobre todo ha puesto al país al borde de una hambruna que hace palidecer el número de civiles muertos a causa de los combates (entre 10 mil y 80 mil, según las fuentes).
Fuente: Crónica