Cultura

Jorge Ibargüengoitia dejó un gran legado literario

Publicado por
Aletia Molina

Hoy se cumplen 35 años de la muerte de Jorge Ibargüengoitia Antillón, uno de los escritores y dramaturgos mexicanos más reconocidos en el mundo. Hasta la fecha su obra sigue tan vigente que continúa marcando la pauta a seguir para nuevas generaciones de escritores literarios y productores teatrales, además de continuar inspirando a la creación cuentos de sátira, parodia y humor, aspectos que caracterizaron la producción de este ilustre guanajuatense.

Oriundo de la ciudad de Guanajuato, Jorge Ibargüengoitia estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y fue uno de los primeros dramaturgos en atreverse a hacer un humor ácido con los héroes nacionales y las gestas patrias.

Al ser hijo único y miembro de la clase alta del pueblo, el escritor se crío entre mujeres; su mamá, dos tías, así como con su abuelo. Ellas querían que fuera ingeniero, pero un buen día a sus 21 años y faltando tan solo dos años para que concluyera la carrera, Ibargüengoitia decidió abandonar los estudios para dedicarse a escribir, aunque realmente empezó a escribir desde los 7 años de edad. Su primer acercamiento a las letras fue en el teatro, el cual aprendió a hacer con Rodolfo Usigli, padre del teatro moderno.

De entre todos los escritores de su época, se distinguió grandemente por su gran capacidad satírica, muchas veces convertido en humor negro, el cual es tan evidente en sus obras y lo distancia del centro de la tradición mexicana.

Además, Ibargüengoitia fue el crítico teatral más feroz de sus contemporáneos, pues se atrevió a hablar mal de Alfonso Reyes, la figura mayor de la literatura por aquel entonces, e incluso de Monsiváis, creando una agria polémica.

Fue un gran cronista de la historia y se consolidó en el Periódico Excélsior como un cronista de los 80’s. En su obra plasmaba el cotidiano del hombre común y corriente, abarcaba temas desde política a los temas más simples de diario acontecer, “era un súper crack de la crónica y crítico acérrimo del priismo”.

Ibargüengoitia era un hombre físicamente alto y fornido, dueño de un incansable sentido del humor. Nació en 1928 y por edad pertenece al género que se denominó como ‘El Boom’ o de ‘Medio Siglo’, misma generación que Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Juan Gracia Ponce, figuras importantes de las letras mexicanas.

Su primera obra de teatro fue ‘Susana y  los Jóvenes’, mientras que ‘Clotilde en su casa’ fue su segunda obra. ‘El Atentado’ fue la última pieza para teatro que escribió, la cual trata del asesinato de Álvaro Obregón y ganó el premio de Casa de las Américas en 1963.

Ibargüengoitia creó una geografía imaginaria-literaria que corresponde al bajío, lugar donde nació y se crió; también fundó la moral-social a la nueva clase media urbana que surgió en los 60’s y funda ‘Plan Cuévano’; de esto trata ‘Estas Ruinas que ves’, escrita en 1974, la cual ganó el Premio Internacional de Novela ‘México’, obra que representa una sucesión festiva, dinámica y alegre de anécdotas bajo una atmósfera provinciana. En dicha obra se ven personajes reales de la política sociedad mexicana. ‘Los relámpagos de Agosto’  fue su primera novela que es una crítica a la Revolución Mexicana.

Considerado uno de los escritores hispanoamericanos más irónicos y críticos de la realidad política y social de México, Ibargüengoitia murió el 27 de noviembre de 1983 en un accidente aéreo en Madrid, cuando iba rumbo al Primer Encuentro de Cultura Hispanoamericana en Bogotá, Colombia, invitado por Gabriel García Márquez. Sus restos descansan en el parque Florencio Antillón, en Guanajuato.

Fuente: Staff

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Aletia Molina