En un par de días más, Joaquín Cosío volverá a dar vida a Rubén “Mascarita” en la secuela de Matando cabos, uno de los primeros personajes que realizó para cine y que le dio popularidad hace 14 años, antes de convertirse en villano de historias internacionales como 007: Quantum o incluso en el mismo Cochiloco en El infierno.
“Después de años y varios tratamientos del guión regresa el Mascarita, es un personaje entrañable y me encantará volver a interpretarlo, sé que hay muchas expectativas por el regreso de esta historia que tanto nos dio y espero que estemos a la altura, será un verdadero placer reencontrarme con el elenco de esta historia”, dijo Cosío.
La próxima semana, el actor se reunirá en el set con el mismo elenco que desarrolló esta historia en 2004 y que logró resultados de taquilla poco usuales en ese época para el cine mexicano (poco más de cinco millones de pesos); mientras tanto, Joaquín espera por el estreno de Polvo para el próximo, una película que dirigió José María Yazpik.
“Es la historia que dirigió Chema, literalmente en el desierto, en un oasis llamado San Ignacio, en medio del desierto donde de pronto aparece un lunar de palmeras atravesado por un río hermoso, a una hora del mar de cortes y en medio de la nada, lleno de abundancia y generosidad de la gente”, describió Cosío la locación de Polvo.
Sobre su reciente participación en la serie Narcos: México, donde dio vida a uno de los líderes del cártel de Guadalajara, el actor comentó que fue un placer poder retratar en pantalla los orígenes de “una de las heridas más grandes del país”, la corrupción que marcó la estructura social, económica y política de México.
“Estamos viendo un momento histórico fundamental para la historia de la política y la economía mexicana, esto fue el inicio de la gran industria del narcotráfico en el país, estamos hablando de quienes inauguran de alguna forma el gran negocio, la gran herida de la corrupción nacional, esta serie es el reflejo de la herida más grande del país”.
“Ellos corrompieron las estructuras más profundas de justicia y seguridad en el país, más allá de si los personajes son buenos o malos, ellos están ahí y nosotros les damos vida; ha sido muy grato trabajar con Tenoch y Diego, además del resto del elenco, ha sido una experiencia única. Y nada cambia, las mismas cosas se han agudizado”, dijo.
Fuente: Milenio