El Jardín Central de Valle de Bravo fue el lugar donde se dieron cita los jefes supremos y representantes de las cinco etnias indígenas del Estado de México: otomí, nahua, mazahua, tlahuica y matlazinca, para inaugurar cada una de las ofrendas en honor a los fieles difuntos.
La ceremonia comenzó con un ritual y saludo a los cuatro puntos cardinales, para después realizar una purificación de las y los presentes.
Posteriormente, este evento que forma parte del patrimonio cultural mexiquense, autoridades de la Secretaría de Cultura y del Consejo Estatal para el Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas del Estado de México (CEDIPIEM), realizaron un recorrido por cada una de las ofrendas.
Todas mostraron elementos de comunión entre las tradiciones culturales hispana e indígena, mismas que coinciden con el fin del ciclo agrícola, presentándose con ello la época de la abundancia y un espacio en el que conviven vivos y muertos.
Cada uno de los representantes de las etnias indígenas explicó sus altares, entre los que destacan y coinciden el sahumerio para purificar las almas, las velas que alumbran el camino de los seres amados que han fallecido y que vuelven a visitarnos, así como las flores representando los rayos del sol.
Fuente: Staff