Cada seis años, el Palacio Legislativo de San Lázaro es sede de una ceremonia especial: el acto en el que el nuevo presidente de la República toma posesión del cargo y jura respetar y hacer respetar la Constitución.
Aunque constitucionalmente el mandatario entrante inicia su gestión desde el primer minuto del 1 de diciembre, se trata de una fecha que marca la vida política nacional y que está llena de simbolismos.
La banda presidencial
Es uno de los elementos emblemáticos del Poder Ejecutivo federal. Es símbolo de autoridad, unidad y honor, y existe un protocolo estricto acerca de los momentos en los que se debe portar.
Apenas en las últimas semanas, Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, impulsó y logró aprobar una reforma que cambia el orden de los colores en la banda. Así, la que recibirá el presidente electo tendrá el verde en la parte superior, seguido del blanco con el escudo nacional y el rojo en la parte inferior.
Banda presidencial
Para tomar posesión, quien asume la presidencia ingresa al Palacio Legislativo de San Lázaro por la entrada que está sobre la avenida Congreso de la Unión, que es la cara del edificio principal que mira hacia el centro de la capital del país.
Debe subir las escalinatas de la fachada principal del inmueble y pasar por debajo del mural El pluralismo político, de José Chávez Morado, obra fundida en bronce y la cual representa la unión de todas las expresiones sociales.
La superficie está dividida en cuatro partes: en la parte superior izquierda, las ciudades de México; en la superior derecha, los campos; en la inferior izquierda, las luchas sociales y armadas, y en la inferior derecha, la figura del dios Quetzalcoatl. Al centro del mural está grabado en bronce el escudo nacional en 10 metros de diámetro.
Hasta ahora, el único presidente de la historia moderna que no ha hecho el recorrido es Felipe Calderón en 2006, quien tomó el poder en medio de una fuerte tensión postelectoral por la reñida contienda que tuvo con López Obrador.
El mural ‘Las constituciones de México’
Al entrar al vestíbulo principal, el presidente entrante camina debajo del mural Las constituciones de México, del artista michoacano Adolfo Mexiac.
La obra está grabada en caoba y resume ediciones históricas de la Carta Magna y episodios históricos, que van desde el inicio del movimiento independentista hasta el incendio de la Cámara de Diputados en 1989.
En el mural se reproduce una conocida frase de José María Morelos y Pavón: “Como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia”.
El salón del pleno
Al abrirse las puertas del pleno, el nuevo presidente debe caminar por un pasillo central de 62 metros de largo, con una ligera inclinación descendente.
En el salón lo reciben los 500 diputados federales y los 128 senadores, quienes previamente se instalan en sesión de Congreso General.
Toma aproximadamente un minuto recorrer el pasillo, pero generalmente el presidente se demora más por las veces que se detiene para saludar a los presentes.
El candil
Hasta el 19 de septiembre de 2017, el salón estuvo decorado por un candil reconstruido luego del incendio de la Cámara de Diputados de 1989. Fue pensado para iluminar el Muro de Honor, que recuerda a los próceres mexicanos. El candil fue retirado después del sismo que el año pasado sacudió a la capital y otras entidades.
La campana de sesiones
Antes de iniciar cada sesión, el presidente de la Mesa Directiva hace sonar la campana de sesiones. Está fabricada en bronce y patinada en verde, blanco y rojo. Representa la campana que utilizó Miguel Hidalgo para iniciar la lucha de independencia en 1810.
Lleva grabada la palabra “Presidencia” y su uso es exclusivo del presidente de la Cámara baja, pues es insignia de mando y simboliza la autoridad para conducir los trabajos del Congreso.
El gran tintero
Se coloca frente al presidente del Congreso. Es una pieza plateada fabricada en 1821, con un águila en la parte superior y a los lados, fundidas, dos deidades griegas: Temiz, que protege los derechos, y Niké, que representa la victoria. Simboliza que la actividad legislativa es un triunfo de la justicia sobre el enemigo, encarnado en el desorden y el caos.
El juramento
De acuerdo con el artículo 86 constitucional, el presidente, al tomar posesión de su cargo, dirá este juramento: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere que la nación me lo demande”.
Fuente: ADNPolítico