Gracias por asomarse a la Ventana…
Faltan 18 días para que Andrés Manuel López Obrador reciba la investidura presidencial; para proseguir un mandato cuyo ensayo y ejercicio inició hace cinco meses, con su aplastante victoria electoral, y la displicente cortesía del presidente en retirada…
El arquitecto de la “Cuarta Transformación” tendrá a partir del 1 de diciembre las herramientas del poder total, para hacer y deshacer, al filo del desafío; jugando al equilibrista, entre la aceptación y el rechazo; con la misma vocación para agitar las aguas y sacudir la tierra con intensidad telúrica, o bien para apaciguar tormentas y remediar desastres… Para inflamar los ánimos de sus fieles como para descalificar a quienes marchen en protesta por ilegales consultas caprichosas, hechas a modo, y de modo mañoso y antidemocrático…
Andrés Manuel López Obrador ha convertido la política en el más arriesgado de los deportes extremos… Entre marrullerías, amenazas y rencores no caben aburrimiento y hastío…
Ante quienes lo difaman, calumnian y acusan de ser un peligro para México, reitera que él no es florero de adorno; que él manda aquí; que a todos ha puesto la soga al cuello, y les ha probado hasta dónde puede apretar y cuando aflojar…
Menos al crimen organizado, el nuevo mandamás ya tiene a todos sometidos bajo un estilo personal de gobernar que pasa por confrontar al pueblo bueno y sabio contra los “fifís”, y su prensa alcahueta…
Para eso sí, ese ganso no se cansa…