Gracias por asomarse a la Ventana…

En el Teatro de la República, este sábado comienza la gran función del nuevo gobierno…
Vuelven las oscuras golondrinas de los tiempos idos del populismo, la demagogia y la guayabera; emigran los tecnócratas para dar paso a los jilgueros del nacionalismo, con todo y el aval de las “benditas redes sociales” …
Se reescribe la historia; 4T se llama la obra de la austeridad obligada que anuncia el porvenir…
Acechan dudas, sombras y temores… Pocos saben con certeza a dónde nos va a llevar el pastor López Obrador con sus arrebatos hiperpresidencialistas, agravados por la “consultitis”, para ratificar decisiones cupulares consumadas con simulación sublime…
Hasta ahora, el próximo mandamás ha disfrutado la siembra de promesas rotas y señales contradictorias, que confunden y desorientan; ha sembrado semillas de maldad…

Valgan dos ejemplos: Uno: militarizar la seguridad pública, excluyendo a las policías estatales y municipales, y dos, el nombramiento de súper delegados federales que se convertirán en jefes policiacos, administrativos y políticos, gobernadores de facto, por encima de los zarandeados mandatarios estatales, cuyo destino es el rincón donde se colocan los floreros de adorno…
Con mayoría en el Congreso Federal, y en 19 de las 32 entidades nacionales, Morena tiene todo el poder para achicar el federalismo; cambiar la Constitución y favorecer el centralismo, con tanta facilidad, como cambiar el orden de los colores en la banda presidencial…