Sin embargo, los migrantes, que cruzaron el pasado 21 de octubre por la frontera con Guatemala, estaban anoche en Sayula de Alemán, Veracruz, a mil 200 kilómetros de Brownsville, Texas, a más de un mes de camino si siguen al paso actual.
También su destino aún es incierto porque podría avanzar hacia un punto más alejado, aunque más amigable, como es la frontera de Tijuana y San Diego, además de que el mismo Gobierno estadounidense prevé que a lo mucho llegará el 20 por ciento de la caravana.
Pero Trump ha avivado en el cierre de la campaña electoral la amenaza migrante, en la que ha demonizado la caravana acusándola falsamente de estar plagada de criminales.
«Con la posibilidad de que los republicanos puedan enfrentar pérdidas significativas en las elecciones», publicó ayer The New York Times, «el Presidente ha abrazado por completo un mensaje oscuro y antiinmigrante».
Así, en los últimos días, Trump ha ordenado movilizar hasta 15 mil tropas a la frontera y ha propuesto rechazar las peticiones de asilo, el fin de a ciudadanía por nacimiento y encerrar a los migrantes en centros especiales.
Ni siquiera la buena economía, señaló ayer el Times, ha cambiado el discurso que, si bien motiva a los conservadores, amenaza con alejar a otros ante la radicalización republicana.