Paco Ignacio Taibo II llegó a la UNAM como siempre: playera roja del Che, pantalón de mezclilla y tenis. Y ante el centenar de alumnos que lo esperaban se mostró como siempre: polémico, anecdótico, decididamente izquierdista y malhablado.
«Tengo 12 horas de haberme metido en esta bronca», les dijo este viernes, ya en confianza, al término de una charla en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia sobre los 50 años del movimiento estudiantil del 68.
Por «esta bronca» se refería a su decisión de aceptar la dirección del Fondo de Cultura Económica (FCE), la editorial paraestatal que ha trazado, durante más de 80 años, gran parte de la historia literaria e intelectual de México.
En la soltura y comodidad que exhibe ante su público cautivo, no se intuye que, apenas en el arranque de su primer encargo como funcionario público, sus detractores ya se pronunciaban con fuerza.
«Lo interesante aquí es el por ciento. (Son) minoría absoluta los que no me quieren», zanja.
Su apoyo, estima, está en las bases: «En dos días, he recibido miles de felicitaciones de abajo. Que hay una parte de la comunidad intelectual a la que le molesto, pues sí. No nos queremos y no los quiero. Esto es viejo», declara.
A través de un video que hizo público la medianoche del jueves, aceptó la invitación que Andrés Manuel López Obrador le externara durante la conmemoración del 2 de Octubre en la Plaza de las Tres Culturas.
«Pero me lo tienes que decir hoy mismo o mañana. No puedo estar esperando», le dijo el Presidente electo a un Taibo II que no salía del pasmo, como consta en un video que divulgó REFORMA.
El promotor de la lectura excedió el ultimátum del Presidente electo por un día, pero fue el mismo López Obrador quien, en una reunión, terminó por convencerlo.
«Andrés me dijo: ‘No puedes haber estado peleando 20 años por construir un Gobierno democrático y luego quedarte al margen'», cuenta el escritor. «Dudé, dudé y dudé. Y luego dije: ‘Tienes razón’, y dije ‘sí'».
Taibo II no es ajeno a que un grupo del gremio cultural, por cuestiones ideológicas, dice, esté en su contra. Algunos, lo sabe, son francos malquerientes.
«En particular no es tanto pedir que no sea Taibo II, sino que el procedimiento tiene que ser más profesional, no una propuesta ahí posterior a un evento público, soltada al paso por parte del Presidente electo», critica el escritor y periodista Gerardo Ochoa Sandy.
A pocas horas de que se dio a conocer el ofrecimiento, Ochoa Sandy, autor del libro 80 años: Las batallas culturales del Fondo, ya pedía a través del portal Change.org reconsiderar la decisión.
Ahí se propone que la Junta de Gobierno del sello elija a un candidato, idea respaldada por académicos como Iván Restrepo, Josefina Estrada y Martha Robles.
Taibo II, sin embargo, se siente listo: «La clave está en que conozco como poca gente en este País el problema de cómo llegar con libros a la gente. En la experiencia de fomento a la lectura llevo 20 años: ferias de libros, festivales, la experiencia de la Semana Negra de Gijón, la experiencia de dirigir colecciones de libros aquí y allá, mi propia experiencia como escritor».
Algunos de sus colegas en el gremio, como Martín Solares, celebran justamente ese perfil, alimentado por su Brigada para Leer en Libertad.
«Podría apostar que, de llegar Paco a la jefatura del Fondo, cabría esperar que esa institución multiplicaría sus esfuerzos por promover la literatura con actividades frecuentes a lo largo del País, que fundaría nuevas ferias del libro en regiones apartadas, que buscaría el modo de donar más ejemplares a bibliotecas de escasos recursos y sin duda crearía colecciones populares, animadas por un espíritu quijotesco», expuso antes de que Taibo II aceptara.
Enseguida, no obstante, hizo una coda: «El gran reto llegaría en el momento de reeditar las obras completas de Octavio Paz, Carlos Fuentes y otros escritores emblemáticos del Fondo a los que ha criticado desde hace décadas».
En redes sociales han aparecido memes que ilustran este punto. En uno, un diablo le susurra a Taibo II al oído que retire a Paz del catálogo e imprima únicamente libros socialistas. Otros tantos lo muestran con una playera suya, ya famosa, en la que se lee «Menos Paz y más (José) Revueltas».
«Una editorial no se decide por tus gustos, y la pluralidad es fundamental en la editorial y en la edición», ofrece como réplica. «(La pluralidad) está garantizada. Es obligatoria, hombre».
Por el momento, el autor de más de 80 libros, entre volúmenes de historia, biografías y la serie de novela negra del detective Héctor Belascoarán Shane, no ofrece diagnósticos ni soluciones.
«Tienen que entender algo los compañeros periodistas: para mí es una etapa, este mes, mes y medio, en que tengo que saber qué hay ahí. Una cosa es lo que te cuentan, los rumores, los chismes, las experiencias que has tenido, ¿no? Y otra es en serio ponerte a ver qué hay ahí, adentro y afuera, en el sentido de la estructura, los mecanismos de funcionamiento», detalla.
Consultado, Tomás Granados, ex gerente del FCE, delinea los retos que le esperan.
«Quien encabece el FCE a partir de diciembre deberá enfrentar una situación cercana a la crisis: publicación de muchos libros institucionales, distanciamiento de los comités editoriales, demasiados puntos de venta, adeudos de regalías en la casa matriz y filiales, tibia presencia editorial fuera de México, turbio clima de trabajo, enormes pasivos laborales por despidos litigiosos», pronostica.
Ante el centenar de estudiantes que lo arroparon este viernes, refrendó que no dejara de escribir -aunque sea 20 minutos diarios-, ni tampoco abandonará su labor en la brigada ni sus funciones como conferencista para la formación de militantes de Morena.
«Ahora sí: no voy a usar traje ni corbata», adelantó, causando risas.
Él seguirá siendo el mismo, promete: «¿Tengo cara de que cuando sea funcionario me voy a volver un culero?».
Un escritor polémico, anecdótico, decididamente izquierdista y malhablado, con playera roja del Ché y pantalones de mezclilla, será el próximo director del FCE.