La consulta que inicia hoy sobre cuál debe ser la opción para el Nuevo Aeropuerto Internacional de México podría considerarse un ejemplo de gerrymandering; es decir, la práctica de manipular ejercicios demoscópicos con la finalidad de obtener resultados en base a la ubicación trucada de casillas.
Inclusive, de acuerdo al arquitecto José Castillo, la distribución de las mesas de votación para la consulta del nuevo aeropuerto en el centro del país no es geográficamente homogénea y hay “hoyos negros” en zonas de alta plusvalía en la Ciudad de México y su zona metropolitana. Esto llevaría a sus residentes a no poder ejercer su opinión aún si quisieran salir a hacerlo durante los días que durará la consulta.
De esta forma, colonias como Polanco, Anzures, Lomas de Chapultepec, San Miguel Chapultepec, Bosques de las Lomas y Santa Fe, en la capital, así como Satélite y Zona Esmeralda, en el Estado de México, no tendrán cobertura o ésta será mínima en la consulta.
La situación se presenta en las alcaldías de Miguel Hidalgo y Cuajimalpa, así como en el municipio de Naucalpan; en Tlalnepantla y Atizapán, de plano, no tendrán ninguna urna.
Impulsado por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, el ejercicio de democracia participativa tiene el objetivo de definir si continúa la construcción del NAIM en Texcoco o, bien, se frena y se opta por construir una terminal en la base militar de Santa Lucía, así como reacondicionar el actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) y el de Toluca.
La realización de la consulta está a cargo de un consejo ciudadano conformado por académicos y organizaciones, entre ellas la Fundación Arturo Rosenblueth, la cual se hará cargo del conteo de los votos.
Desde este jueves al domingo próximo, se instalarán 1,076 urnas en 573 municipios, con lo cual, según los organizadores, se alcanzará al 80% de la población nacional.
Sin embargo, de acuerdo con una revisión hecha por José Castillo, arquitecto con especialidad en urbanismo, esta cobertura medida como una tasa de número de urnas entre población cercana a ella es muy asimétrica a lo largo del país y evidencia un criterio poco claro de cobertura o, en el peor de los casos, un intento de exclusión.
En este sentido, así como el poniente de la capital tendrá muy pocas urnas para la cantidad de habitantes que ahí viven, las urnas también serán escasas en las áreas aledañas a Santa Lucía, en los municipios mexiquenses de Tecámac y Zumpango, donde podría haber afectaciones si se construye un nuevo aeropuerto ahí.
El análisis de Castillo halló que en promedio, cada alcaldía de la capital o municipio del país tendrá una urna por cada 87 mil habitantes aproximadamente, aunque hay áreas o estados donde la cobertura de urnas en relación a población se alejan mucho de esa media.
En la Ciudad de México, Gustavo A. Madero se ubica como la tercera alcaldía con menos densidad, pues tiene una urna por cada 118 mil habitantes; la cifra es es notable porque la demarcación colinda con el AICM. Aunado a esto, la localización de las urnas no es homogénea ya que hay menos urnas cercanas al aeropuerto.
La alcaldía con mayor cobertura es Azcapotzalco, con una urna por cada 57 mil habitantes; le siguen Benito Juárez y Cuauhtémoc. En contraparte, la delegación con menor cobertura es Iztapalapa, con una urna por cada 182 mil habitantes.
Por otra parte, en la zona metropolitana, municipios densamente poblados como Valle de Chalco Solidaridad, Tultitlán, Ixtapaluca y Tlalnepantla no contarán con ninguna urna para la consulta.
En entrevista con Forbes México, Castillo explicó los datos revelan que la consulta puede estar viciada de origen en su totalidad, pues lo mismo que ocurre en el Valle de México ocurre también a nivel estatal, de forma que Tabasco tiene una mejor cobertura que entidades como Guanajuato o Chihuahua.
Asimismo, resaltó el caso del poniente de la CDMX, donde vive la población de mayor poder adquisitivo y que, si desea participar en la consulta, tendrá que desplazarse mucho para poder votar.
Fuente: Forbes