Tocados por la desafortunada matanza del 2 de octubre, los tintes políticos y la situación actual del País no fueron motivo para que una congregación de miles de atletas exhibieran su mejor desempeño en la justa mundial.
El 7 de diciembre de 1962, Ernesto P. Uruchurtu, jefe del Departamento del Distrito Federal, presentó formalmente a Brundage, quien fungía como presidente del COI desde 1952, la candidatura oficial. México se enfrentó a Detroit, Lyon y Buenos Aires.
Para el 12 de octubre de 1963, el contingente mexicano arribó a la ciudad alemana de Baden-Baden, para realizar la presentación del proyecto con el cual buscarían su aprobación para llevar acabo los Olímpicos.
El comité estaba integrado por Eduardo Hay, Manuel Guzmán Willis, Josué Sáenz y Alejandro Carrillo.2
También estuvieron presentes Marte R. Gómez, Jesús Clark Flores y Pedro Ramírez Vázquez.
Fueron Michael Morris Killanin, presidente del Comité Olímpico Internacional e Ivar Vind, integrante del mismo, quienes revelaron que México había ganado ser la sede de dichos Juegos.
A excepción de cuatro sedes y tres estadios de fútbol, todas las instalaciones deportivas se ubicaron dentro de los límites de la ciudad. Para hospedar a deportistas, jueces y entrenadores, se construyeron dos villas olímpicas y se emplearon hoteles y apartamentos.
En el evento estuvieron 5 mil 516 atletas, de ellos 4 mil 735 fueron hombres y 781 mujeres, correspondientes a 112 países, estuvieron presentes en 172 eventos de 20 deportes, de los cuales 18 participaron en el programa olímpico y dos de demostración.
Decidieron organizar una competencia internacional para encontrar un diseñador que creara un logotipo y una campaña para los Juegos: querían una nueva apariencia que fuera cosmopolita y contemporánea, y también claramente mexicana.
Lance Wyman, contendiente que vino a México un período de prueba, era un diseñador gráfico de 29 años de Nueva York. Él y su socio, Peter Murdoch, sólo podían pagar un boleto al País y llegaron en noviembre de 1966, para tratar de hacer un diseño que representara a México.
Los jóvenes después de pasar bastante tiempo como turistas en México, ganaron la competencia, y eso fue solo el comienzo.
Wyman y Murdoch terminaron quedándose en México durante dos años para trabajar en la campaña. Ellos, junto con un equipo de diseñadores, muchos de ellos mexicanos, idearon formas de utilizar su tipografía, logotipo y otros diseños en toda la ciudad. Las rayas hipnóticas se convirtieron en uniformes de rayas para los eventos trabajadores y voluntarios. Los patrones y colores utilizados en el logotipo terminaron en sombreros, estampillas postales, globos y todo tipo de productos para promocionar los juegos inminentes. Los estadios en toda la ciudad fueron pintados con patrones de arte opcionales. Colores brillantes decorados aceras y paredes y plazas.
Durante 18 ediciones el momento la inauguración, donde se enciende el pebetero, había sido llevada únicamente por hombres pero eso cambió en México 1968, cuando en el Estadio Olímpico la joven corredora mexicana Enriqueta Basilio fue la primera mujer que encendió el pebetero de la historia olímpica.
La tarde de ese 12 de octubre, la joven de 20 años recibió la antorcha de un cadete militar y corrió por la pista y la escalinata hacia lo más alto de la tribuna este del estadio con 100.000 espectadores.
Las Olimpiadas del 68’, también son conocidas porque se rompieron 23 récords olímpicos y uno de los más memorables fue el del corredor estadunidense James Hines. El llegó a la final de los 100 metros planos teniendo solo 22 años, y siendo el primer hombre en lograr un registro oficial de menos de 10 segundos en unos Juegos Olímpicos.
Fueron los primeros en el mundo en ser transmitidos por televisión vía satélite.
En algunas de las 20 competencias deportivas también se implementaron dispositivos que hicieron más transparentes los resultados.
También fue la primera vez que los atletas corrieron por la pista sintética de tartán, pues el atletismo en los juegos anteriores se desarrollaba en una combinación de ceniza y tierra.
México 68’ fue la primera ocasión en la que los competidores fueron sometidos a pruebas antidopaje para detectar el consumo de substancias prohibidas. El sueco Hans-Gunnar Liljenwall fue el primer sancionado, pues dio positivo a la prueba de alcohol.
Se hicieron las hasta entonces inéditas pruebas de género para verificar el sexo de los competidores.
De altura: Los 2 mil 240 metros sobre el nivel del mar, la altitud de la Ciudad de México, fueron motivo de polémica ya desde la candidatura de la ciudad. Las Semanas Deportivas Internacionales que se celebraron entre 1965 y 1967 buscaron acabar con la polémica. En la segunda de esas competiciones se realizaron mediciones fisiológicas en los atletas para estudiar los efectos de la altitud. Los resultados de los diferentes eventos resolvieron, de una vez por todas, la controversia sobre la altitud. En el XII Congreso Nacional de Neumología y Cirugía de Tórax se concluyó que: “si un atleta está entrenado debidamente y se le aclimata con la anticipación necesaria, no tendrá ningún problema”.
Exclusión: En diciembre de 1963, con el fin de evitar la suspensión de Sudáfrica, el COI exigió al Comité Olímpico Sudafricano, cambiar sus políticas deportivas racistas. Dado que esto no sucedió, el 18 de agosto de 1964, el COI prohibió la participación de Sudáfrica en Tokio 1964. Instados por los organizadores mexicanos, los miembros del COI reconsideraron su decisión y con 47 votos en contra revocaron, dicha invitación justificándose en la “atmósfera de violencia alrededor del mundo”.
Tommie Smith y John Carlos alzaron sus brazos con guantes negros en sus manos, irrumpiendo el himno de Estados Unidos. Era la coronación de los 200 metros lisos en los Juegos Olímpicos de 1968. El gesto ha sido el estandarte de protesta de la comunidad afroamericana en 50 años.
Ese fue el inicio del movimiento llamado “Black Power”.
“La gente empezó a aplaudirnos, pero los yanquis (aficionados estadounidenses) que estaban en el estadio convirtieron el júbilo en odio”, relató John Carlos en una conferencia realizada en la UNAM.
La lucha comenzada por Smith y Carlos ha sido heredada por algunos jugadores de futbol americano, quienes han desafiado la discriminación racial arrodillándose cada vez que suena el himno estadunidense en los partidos de la liga de Estados Unidos. Colin Kaepernick, quien fue hasta hace dos años el quarterback de los 49ers de San Francisco, se convirtió en el símbolo de las protestas por la violencia policial en contra de los negros.
A su causa se le unieron más jugadores ante el rechazo absoluto de Donald Trump, su Gobierno, y buena parte de los aficionados. La rodilla a tierra ha costado a Kaepernick su carrera medio siglo después del puño en alto.
Pedro Ramírez Vázquez, presidente del Comité Organizador para la justa, vislumbró una edición número 19 llena de espectáculo.
A principios de 1968, el Comité se encargó de iniciar la búsqueda de clubes colombófilos para tener la mayor cantidad de aves.
La cifra sonaba descabellada: 10 mil palomas que volaran tras el discurso del Presidente de México, Gustavo Díaz Ordaz.
Al no tener la facilidad para requerir el aporte de palomas mensajeras, el grupo de hombres se enfocaron en cazar y comprar aves comunes.
El Comité acondicionó un palomar y durante medio año se dedicaron a adquirir crías. Algunos reportes señalan que fueron casi 7 mil aves las que volaron la tarde-noche de ese 12 de octubre de 1968.
275 deportistas, 233 hombres y 42 mujeres fueron los atletas que estuvieron presentes en la justa continental para competir en los Olímpicos de 1968.
La Delegación estuvo representada por el pentatleta David Bárcena Ríos.
Fuente: Vanguardia
#EnContexto A 50 años del ‘Black Power’ en México 68