La intensidad de las lluvias de la actual temporada en el Área Metropolitana no sólo es producto de cuestiones meteorológicas, sino que deben considerarse la presencia de islas de calor urbanas, la humedad inherente a las ondas tropicales, las emisiones vehiculares y la presencia de edificaciones, pues está combinación de factores da lugar a un coctel que incide en la formación súbita de tormentas.
Así lo advirtió Alfredo Sandoval Villalbazo, coordinador del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, al recordar que la semana transcurrida del 24 al 31 de agosto de 2018, así como las últimas dos de septiembre, fueron especialmente complicadas debido a los efectos de las intensas lluvias.
Este tipo de tormentas no sólo son producto de la variabilidad climática natural que acompaña a las ondas tropicales; existe evidencia científica que indica que los microclimas urbanos están siendo afectados por la acción humana”, alertó.
Incluso el Sistema de Aguas de la ciudad informó el 31 de agosto pasado que se rompió el récord histórico de lluvia, pues, con la cantidad de agua registrada, se podía llenar 16 veces el Estadio Azteca.
El académico señaló que, en la actualidad, los resultados de uno de los estudios más rigurosos en esta dirección fueron difundidos por la Real Sociedad Meteorológica de la Gran Bretaña, examinando el caso de la ciudad estadunidense de Atlanta, que se ubica en una región subtropical húmeda y que está en constante crecimiento.
Los datos obtenidos con ayuda de radares a lo largo de más de 16 años de mediciones en dicha ciudad muestran que, bajo ciertas condiciones, la acción humana es causa del incremento en frecuencia e intensidad de las tormentas urbanas”, apuntó.
Expuso que la física del fenómeno se relaciona directamente con la transferencia de calor por convección.
Cuando la masa de aire húmedo se ha elevado lo suficiente para enfriarse hasta la temperatura del punto de rocío, se crea una nube, y se favorece la precipitación. A este tipo de evento se le conoce como Iniciación Convectiva Aislada”, explicó.
Consideró que las altas temperaturas superficiales urbanas, derivadas de la actividad humana, contribuyen a que se alcancen estos valores críticos.
Fuente: Excélsior