El hermano país sudamericano Brasil se debate en una crisis política que marcará su derrotero el próximo domingo 28 de octubre al realizarse la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Será un día difícil para los brasileños porque prácticamente la elección está ganada por el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, quien obtuvo el 46 por ciento de la votación en la primera vuelta electoral, celebrada el 7 de octubre pasado.
Pero…¿quién es Jair Bolsonaro?
Jair Messias Bolsonaro (nacido el 21 de marzo de 1955) es un militar de reserva y político de ultraderecha brasileño. Ha sido elegido siete veces como diputado por el Partido Progresista (PP).
En las elecciones de 2014, fue el diputado federal más votado en el estado de Río de Janeiro con 464 mil votos. En 2017, fue considerado como el parlamentario más influyente en las redes sociales. Y en enero de 2018 anunció su filiación al Partido Social Liberal (PSL), el noveno partido político de su carrera.
Además de él, su hermano Renato Bolsonaro, y tres de sus hijos también son políticos: Carlos Bolsonaro (concejal de Río de Janeiro por el PP), Flavio Bolsonaro (diputado estatal de Río de Janeiro por el PSL), y Eduardo Bolsonaro (diputado federal de São Paulo también por el PSL).
Se ha hecho famoso por sus posiciones nacionalistas y conservadoras, por la defensa de la dictadura militar de 1964, por sus críticas a la izquierda, por haber considerado la tortura como una práctica legítima, por sus posiciones contrarias a los derechos de Lesbianas, Gays,? Bisexuales y Transexuales (????LGBT1011) y por varias otras declaraciones controvertidas que generalmente son clasificadas como alineadas a los discursos de extrema derecha.
El 7 de octubre anterior fue confirmado como candidato a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales después de obtener un 46.03 por ciento con el 100 por ciento de votos contados.
Se enfrentará al candidato por el Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, (quien logró el 29.28 por ciento de los votos). La segunda vuelta electoral definirá al presidente de Brasil de los próximos cuatro años.
Según la encuestadora Datafolha, Bolsonaro es el favorito para ganar la segunda vuelta con 58 por ciento frente a un 42 por ciento de Haddad si se descuentan los votos en blanco, anulados o indecisos.
En los inicios de su carrera política, en 1993, el diputado Jair Bolsonaro se dirigió a la Cámara baja de Brasil y pronunció un discurso que sacudió a su joven democracia, al declarar su inclinación por el no tan lejano régimen militar del país y exigir la disolución de la legislatura.
«¡Sí, estoy a favor de una dictadura!», aseguró Bolsonaro, un capitán retirado del Ejército, ante la atónita mirada de muchos legisladores, algunos de los cuales se habían unido a grupos guerrilleros para luchar contra la junta militar que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. «¡Nunca resolveremos los graves problemas nacionales con esta democracia irresponsable!»
Se suele emplear los términos dictadura militar en Brasil, o Quinta República Brasileña o simplemente dictadura militar para referirse al período histórico iniciado en Brasil con el golpe de estado del 31 de marzo de 1964 que derrocó al gobierno democrático del presidente João Goulart e instauró una dictadura militar encabezada por Humberto de Alencar Castelo Branco, y que finalizó con la victoria electoral del Movimiento Democrático Brasileño, asumiendo José Sarney como primer presidente civil el 15 de marzo de 1985.
Las opiniones del joven político bolsonaro, que ha pasado por nueve partidos pequeños en una carrera de 27 años, han cambiado poco desde que se manifestó aquel día en Brasilia.
Los seguidores de Jair Bolsonaro exhibieron el domingo pasado en la avenida Paulista de Sao Paulo su fuerza y euforia a una semana de unas elecciones en las que los sondeos le otorgan enorme ventaja sobre su contrincante, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores.
El candidato ultraderechista, como es habitual, no acudió a la manifestación de sus partidarios, que llenaron varias cuadras de la céntrica arteria peatonal. Pero sí envió un mensaje televisado en el que prometió «barrer del mapa a los ladrones rojos de Brasil». El rojo es el color del PT.
Los 19 puntos de ventaja que las encuestas dan a Bolsonaro hace que sus seguidores se sientan cada día más confiados. Mientras, el candidato y su entorno siguen enviando señales inquietantes sobre cómo actuará si es elegido presidente.
Eduardo Bolsonaro, diputado electo e hijo del presidenciable, sugiere en un vídeo que circuló en redes sociales este domingo la posibilidad de cerrar el Tribunal Supremo, algo para lo que bastan, afirma, “un soldado y un cabo”.
Horas después difundió un mensaje en Facebook en el que afirmó que sus palabras, respondían a una pregunta sobre la hipótesis de que su padre fuera descalificado sin motivos como candidato, y añadió que si “alguien cree que hay que cerrar el Supremo es que necesita un psiquiatra”.
Una investigación apunta a una gran trama de propaganda ilegal a favor de Bolsonaro por WhatsApp y otras redes.
El próximo 28 de octubre, en la segunda vuelta electoral, Jair Bolsonaro -conocido por sus frases homofóbas, machistas y racistas-, medirá sus fuerzas contra el candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad.
Sin embargo, de acuerdo con otra consultora brasileña Ibope, la contienda ya está definida: Bolsonaro vencería con un 59 por ciento a su contrincante, aunque la izquierda todavía apela a que las encuestas puedan revertirse en las urnas.
No obstante, aun cuando «el Trump sudamericano» no llegase a ocupar el poder, éste podría influir en el Gobierno a través de una persona cercana, porque el pasado 7 de octubre, Eduardo Bolsonaro, su propio hijo, se convirtió en el diputado más votado de la historia brasileña.
Su astronómico récord resultó ser una sorpresa para gran parte del país. Especialmente, después de que el político le declarara la guerra a la comunidad LGBTI y afirmara que el feminismo «es una enfermedad».
Con casi 700 mil seguidores en las redes, Eduardo Bolsonaro -abogado, policía federal, militante del Partido Social Liberal y, desde 2015, diputado- se ha transformado en uno de los políticos más controvertidos de su país.
Y es que el heredero de Jair Bolsonaro no sólo ha provocado controversia por incitar a la destitución de Dilma Rousseff, «resguardarse» en el Congreso con una pistola y defender la dictadura militar, sino también porque sus «valores» le han llevado a rechazar cualquier revolución social que vaya en contra de su conservadurismo.