Gracias por asomarse a la Ventana…
Desde la prehistoria, es decir, desde antes del cambio de poder, López Obrador aterriza la 4-T para hacer historia…
La consulta sobre el sitio donde construir el nuevo aeropuerto anuncia la muerte de Texcoco… El epitafio dirá: los patos (del lago seco) les tiraron a las escopetas…
La “consulta” no vale por el resultado… No. Vale porque representa una forma de democracia participativa a la cual nos debemos acostumbrar… y que nadie se equivoque…
Anuncia que reformará la ley para dizque consultar lo que quiera, cuando quiera, sin límites ni candados… aunque estimule la histeria de los nerviosos…
De esta manera, Andrés Manuel López Obrador cumple una oferta de campaña y una convicción política: el pueblo decide… En eso radicará el poder del próximo presidente sin exponer el pellejo… y para contrarrestar a los camajanes, holgazanes, corruptos y “fifís” que se atrevan a discrepar…
Pero la decisión del nuevo aeropuerto, calificada por él como “racional, democrática y eficaz”, no ha sido suya…
Suya es la obediencia de esa voluntad expresada en una vacilada de consulta, sin fundamento legal, controles, vigilancia, falta de supervisión, sesgada y barata…
Pero eso no importa…
La opinión de 747,000 mil ciudadanos bastó para lograr el objetivo de construir el aeropuerto en Santa Lucía y “parchar” los de Ciudad de México y Toluca…
A ver si no sale más caro el caldo que las albóndigas…