Carlos Ferreyra
Conocí a Paco Ignacio Taibo I (PIT), cuando bajo la dirección de Héctor Anaya (Abrapalabra), hacíamos el programa diario de televisión para Luis Spota, “Cada noche… lo inesperado”.
PIT dirigía los noticieros de Televicentro donde comenzaron sus prácticas Pepe Cárdenas, Juan Ruiz Healy y sin estar seguro, Joaquín López Dóriga. Digamos que fue progenitor de un grupo de muy calificados profesionales de la información visual, mérito que sin duda se debió a la buena mano y la adecuada orientación de los que apenas eran fermentos: salían de la escuela con la teoría a cuestas, pero sin la práctica necesaria.
Tuve relación y cercanía con el jefe del clan Taibo, el domador del que el mismo bautizó como Circo ATaibo. En El Universal ocupábamos oficinas vecinas y como un galardón personal, presumo haber sido el autor de muchos de sus gatos cultos. Frente a nuestros privados, estaban Matarili y al lado Enrique Castillo Pesado.
Tuve además la fortuna de coincidir laboralmente en Notimex con Benito Taibo, el poeta, hoy importante funcionario cultural de la radio universitaria. Hombre similar a su padre no sólo en lo físico sino en bonhomía, gentileza y atención a los compañeros que requerían determinada orientación o apoyo.
A Paco chico, hoy en el centro del huracán, lo veía ocasionalmente y casi siempre en las invitaciones que Maricarmen, la matriarca del grupo, hacía a los amigos cercanos para degustar las delicias de su cocina española.
Falta Carlos que nos acompañaba en esas comidas y se retiraba pronto. No disfrutaba de las sobremesas en las que escuchar a PIT era todo un aprendizaje no sólo en la ética sino en la historia reciente de su país y del nuestro. Un sabio, sin duda.
Guardo con cierta devoción un ejemplar de su novela histórica, o sus recuerdos de guerra, titulada “Para parar las aguas del olvido…” una muestra cabal de que aún en la desgracia siempre habrá un rincón de nuestra mente, nuestro corazón, para los amigos, para los momentos gratos. Y de que los recuerdos son de quienes los reviven, de nadie más.
De Paco hijo recibí en la Dirección General de Publicaciones y Bibliotecas, en la que yo era adjunto de Miguel López Azuara, los ejemplares de una obra histórica de su autoría. Incontrovertible en el contenido, pero además presentada como una historieta de coloridos dibujos. Alguna otra más lo mismo sin tacha.
No dudo del patriotismo de Paco Ignacio II, quien para calmar a quienes lo han atacado, con razón en forma furiosa, declaró que lamentaba no haber nacido en Toluca. Lo que no es suficiente, él es mexicano así sea nacionalizado pero la condición para ocupar la dirección del FCE es ser oriundo del país.
La expresión usada por el escritor se usa coloquialmente para asegurar que a X o Z lo violamos. Y como lo expresó PIT II, sin dejar lugar a duda, afirma que ellos, los pejianos y muy especialmente él, no sólo rompieron o violaron una disposición legal sino que en burla total, nos violaron a todos los mexicanos, a su orden constitucional y para dejar más clara la burla, anunció que en caso de no aprobarse la reforma que requiere para agarrar el hueso, entonces mediante “un decretazo” será ungido encargado de despacho, equivalente con todas las mismas atribuciones a Director General.
Triste asunto éste en el que puede apreciarse una involución de un hombre de gran calidad personal, profesional y humana, convertido en golpeador pejista. La corrección política me parece que va a cobrar muchas víctimas. Y PIT II es por ahora la más notoria, aún si logra sus propósitos.
Sobre sus proyectos, parece muy buena idea la agrupación de las dependencias dedicadas a la venta de libros y promoción de la lectura, para impedir la dispersión de esfuerzos y, lo peor, la duplicación de ediciones con sellos de dependencias que muchas veces ni siquiera tienen que ver con el tema editorial.
Perderé interés en las actividades del Fondo dirigido hasta hoy por el maestro José Carreño Carlón, al que como es costumbre, le buscarán hasta debajo de las piedras, según dicho de Rosario Robles a la que, a su vez, no molestarán. Así la política nacional.
Por ahora, esperemos a ver qué pasa. Supongo que nada porque ya sabemos, el Peje nunca pierde y cuando pierde arrebata. ¿Deveras será tabasqueño? El dicho es jalisciense.
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