El estado de Durango cuenta con platillos típicos por regiones, como el caldillo durangueño, las gorditas rellenas de guisado o los burritos con tortilla de harina, sin embargo, cada vez es más común encontrar lugares donde los platillos van acompañados de alacrán, que si bien, no es un alimento tradicional, al ser turístico, es buscado prácticamente por todos los visitantes y se sirve en taco, frito o en brocheta.
Y cómo no iba a ser así, si en el propio Corrido de Durango se mencionan. “Yo soy de la tierra de los alacranes, yo soy de Durango palabra de honor, donde los hombres son hombres formales y son sus mujeres puro corazón”, dice una de las estrofas de la canción que eriza la piel a los durangueños, poco acostumbrados a comer alacranes, pero bastante familiarizados con ellos, porque se encuentran en prácticamente cualquier lugar, como explicó Jorge Muñoz, presidente de Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Durango.
De acuerdo con los expertos, en Durango la comida tradicional es el caldillo durangueño, considerado por quienes ahí radican, como el más representativo y sabroso de la zona, preparado con carne de res guisada con diversos ingredientes, donde no puede faltar el chile seco o pasado, conocido así porque se deja orear a la intemperie por más de una semana, hasta que logra una consistencia seca, dándole además un valor agregado: el de conservarse por más tiempo.
Esa práctica para conservar los chiles, se utiliza desde hace siglos en Durango para la conserva de alimentos, como algunos frutos que pueden adquirirse en La Casa de Don José como ate o mermeladas o en el mercado Gómez Palacio, un sitio con más de 200 años de historia, ubicado en el centro de la ciudad, que es parada oficial de los turistas, pues además de encontrar tacos de alacrán, se encuentran diversos souvernir de la ciudad, todos con el detalle especial: los alacranes.
Otro de los platillos favoritos de durangueños y turistas es el conocido “asado de boda”, preparado con carne de cerdo, manteca, chile ancho y algunas especias, llegando hasta 23 distintas, como lo preparan en el restaurante Antigua Usanza, ubicado en el barrio de El Calvario, donde se sirven sólo platillos tradicionales, elaborados con productos de la región.
“Tenemos una influencia del norte con el trigo y una influencia importante de las culturas indígenas, como los tepehuanes, los huicholes, que aportan riqueza a nuestra cultura gastronómica”, agregó Jorge Muñoz.
Y para acompañar los alimentos y los tradicionales quesos de Durango, qué mejor que un mezcal, extraído de agaves endémicos que llegan a pesar hasta 300 kilos y que ya posicionan al estado como uno de los más importantes productores de dicha bebida tradicional mexicana. (VIRIDIANA SAAVEDRA PONCE. EL OCCIDENTAL)