El movimiento estudiantil de 1968 fue un parteaguas hacia las libertades en el país latinoamericano, pero se debe «cerrar el ciclo» y apoyar a las nuevas generaciones, destacó Joel Ortega, participante del movimiento.
En entrevista con José Cárdenas, el sobreviviente de la matanza de Tlatelolco, recordó los momentos que le tocó vivir y los cuales plasma en su libro «Adiós al 68» con el que busca desmitificar aquel movimiento que, afirma, ha llegado a ser una lápida para las generaciones que le sucedieron.
Para el autor, la vieja consigna “2 de octubre no se olvida” es una letanía religiosa sin sentido en la actualidad.