Hace 25 años el mundo conmemoró por primera vez el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza y desde entonces, casi 1.000 millones de personas han logrado escapar de la pobreza gracias al liderazgo político, el desarrollo económico inclusivo y la cooperación internacional.
En todo el mundo, más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
“En un mundo caracterizado por un nivel sin precedentes de desarrollo económico, medios tecnológicos y recursos financieros, es un escándalo moral que millones de personas vivan en la extrema pobreza”, tal y como se asegura en el prefacio sobre Los Principios Rectores sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos.
El mensaje del Secretario de la ONU, Antonio Guterres, reveló que «Muchas de esas personas viven en situaciones de conflicto y crisis; otras se enfrentan a obstáculos para acceder a servicios de asistencia sanitaria y educación y a oportunidades de empleo».
Agregó que es «un problema que afecta de manera desproporcionada a las mujeres».
La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es a la vez causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos las personas que viven en ella están expuestas regularmente a la denegación de su dignidad e igualdad.
“Reducir la pobreza y erradicarla es por tanto una obligación de todas las sociedades”.
Hace ya 30 años, el 17 de octubre de 1987, el padre Joseph Wresinski, una de las primeras personas que puso en evidencia el vínculo directo entre los derechos humanos y la extrema pobreza, hizo un llamamiento para luchar contra esta lacra, animando a conmemorar el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema.
Cinco años después la Asamblea General, inspirada en ese llamamiento, declaró el 17 de octubre como el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
Este año, que se celebra el 70º aniversario de la proclamación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es importante recordar el vínculo fundamental que existe entre la extrema pobreza y los derechos humanos.
«Debemos escuchar a los millones de personas que viven en condiciones de pobreza y miseria en todo el mundo, hacer frente a las estructuras de poder que impiden su inclusión en la sociedad y remediar las humillaciones que padecen», fue la invitación del Secretario de la Onu.
Fuente: hsbnoticias.com