A la memoria de mi amigo Javier Dueñas García, experto en cuestiones migratorias
El beis está de moda, tanto por ser octubre el mes de la Serie Mundial. Los equipos de grandes ligas inician su entrenamiento de primavera a fin prepararse para la temporada regular. En esos entrenamientos se prueban y seleccionan a los novatos, se diseñan estrategias de juego, se experimentan jugadas, se prepara física y mentalmente a los peloteros. Los resultados son insustanciales, porque se trata apenas de lo que los abogados llamamos actos preparatorios del juicio. Estos entrenamientos se conocen como la Liga de la Toronja.
En México se vive una liga de la toronja política notable: quienes tienen las facultades constitucionales, están pasmados, no las ejercen en tanto el equipo al que pertenecen ya no jugará en la siguiente temporada. Los que integran el próximo equipo oficial, el que todavía no tiene facultades, pichan cachan, batean y creen que ya es juego legal. El país mientras tanto, observa, opina, se divide y también se sobresalta. La mayor parte de los actuales episodios resultan ser inauditos, absurdos, ilegales, preocupantes. Si bien uno de ellos hace honor a la tradición mexicana de solidaridad internacional.
El ofrecimiento de visas y trabajo a centroamericanos mereció la reprobación social. Se trata de la caravana que como el caballo blanco salió un día domingo con la mira del llegar al norte. La oferta de conferirles visas y trabajo ha generado críticas hasta de algunos cuyos padres y madres migrantes se beneficiaron del otrora asilo brindado por México. Se debe cuidar a la caravana por múltiples razones. Hay niños enfermos que deben ser atendidos aunque no tengan seguro popular. México debería brindarles además transporte y tenerles compasión.
Llama la atención que lo que había sido timbre de orgullo y tradición mexicana, admirada por el mundo, la recepción de los refugiados políticos durante la Guerra Española en los años treinta, o la de sudamericanos durante las dictaduras militares en los años setenta, aplaudidas por todos, se olvide cuando se trata de centroamericanos pobres. La razón es clasista con un ingrediente, nativista, racista y xenofóbico. La misma reacción de Trump respecto a los migrantes mexicanos.
Los republicanos españoles eran lo mejor del pensamiento europeo. Más adelante, los opositores a las juntas militares representaban lo mejor de la izquierda latinoamericana. El beneficio de estas migraciones a México es incalculable. México estará siempre en deuda con los trasterrados españoles, como ellos deben estar con al presidente Cárdenas que los acogió. Pero ¿rechazar a los migrantes centroamericanos por ser pobres o por instrucciones de Trump no corresponde a la tradición mexicana de puertas abiertas a los que sufren miedo, hambre, persecución y miseria.
La recepción policiaca en la frontera a la caravana de hondureños con toletazos y gas lacrimógeno deja la sensación de colaboracionismo con el gobierno de Trump. La oferta de ofrecer visas y trabajo a migrantes centroamericanos regresa a los principios que México ha sostenido históricamente, que se encuentran en la Constitución y específicamente la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares, de la que México es autor y promotor. (Convención promulgada por el presidente Ernesto Zedillo). Por ello, es una vergüenza nacional reprimir, deportar y violar derechos de quienes ven en nuestro territorio una tierra de esperanza y escape de su tragedia. No muy diferente de la de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
El miedo a recibir a migrantes por creer que se generará una ola incontrolable, muestra la falta de solidaridad del gobierno de Peña Nieto, más preocupado de las reacciones del gobierno estadounidense que de la historia y los lazos que nos unen con quienes son verdaderamente nuestros hermanos latinoamericanos. ¿Qué no habrá quien le explique al presidente que la Constitución protege a los asilados y que hay obligación de velar por sus derechos cuando pisan territorio nacional?
@DrMarioMelgarA investigador nacional en el SNI