La mayoría de los colegios electorales brasileños cerró sus puertas hoy a las 17.00 hora local, tras unos comicios para los que estaban convocados 147.3 millones de votantes para elegir al nuevo presidente y renovar el Congreso y los gobiernos regionales.
En esta segunda vuelta se enfrentan los dos punteros de las elecciones pasadas el ultraderechista Jair Bolsonaro, favorito en todas las encuestas, y al progresista Fernando Haddad.
Las urnas permanecerán abiertas en las ciudades que tienen husos horarios diferentes a los de las regiones sur, noreste y sureste del país, que concentran a la mayor parte de la población.
El estado de Acre, en el oeste de Brasil y fronterizo con Bolivia, será el último en que se cierren los colegios debido a que tiene tres horas de diferencia con respecto a Brasilia.
Por causa de los diferentes husos horarios los primeros boletines oficiales, así como las encuestas a pie de urna, sólo se conocerán a partir de las 20.00 hora local, cuando finalice la votación en Acre.
La jornada electoral, que ha durado nueve horas transcurrió con normalidad y sólo tuvo algunos incidentes aislados.
Según el Ministerio de Seguridad Pública, hasta las 15:00 hora local se habían registrado mil 183 crímenes electorales, por los que fueron detenidas 260 personas, entre ellas seis candidatos que se promovían dentro de los lugares de votación.
Las elecciones se celebraron con la seguridad reforzada por el Ejército en 513 de los 5 mil 570 municipios del país, en su mayoría en la región amazónica y en el empobrecido nordeste, pero también en Río de Janeiro, en donde una creciente ola de violencia obligó al Gobierno a determinar una intervención militar en febrero pasado.
Fuente: Brasil