El balance de fallecidos en el terremoto y el tsunami que golpearon el viernes la isla indonesia de Célebes ascendió a unas 1.203 personas este domingo, después de que los servicios de rescate encontraran a nuevas víctimas entre los escombros de la ciudad devastada de Palu.
La Jefatura de la Policía Nacional fue la encargada de informar sobre el aumento de víctimas mortales de 832 a 1.203. Sin embargo, advirtieron que se espera que la cifra de muertos aumente aún más. El equipo de búsqueda y rescate ha tenido problemas para llegar a las comunidades más remotas.
«El número de fallecidos seguirá aumentando», señaló el responsable. «Hoy comenzarán los entierros masivos de las víctimas, para evitar que se propaguen enfermedades», añadió.
«Es muy duro», contó Risa Kusuma, una madre de 35 años que mecía a su niño febril en un centro para refugiados de Palu. «La ambulancia trae nuevos cadáveres cada minuto», «no hay mucha agua y se saquean las tiendas en todas partes».
La mayoría de las víctimas se registraron en Palu, una ciudad de 350.000 habitantes en la costa occidental de la isla de Célebes, según la agencia de gestión de desastres. Pero pero las autoridades y las ONG se preocupan también por la situación en la región de Donggala, más al norte.
El director del programa de Save The Children, Tom Howells, señaló que la cuestión del acceso a las zonas afectadas es un «gran problema» que dificulta los rescates.
«Las organizaciones de ayuda y las autoridades locales se esfuerzan por alcanzar varias comunidades alrededor de Donggala, donde se prevé que habrá grandes daños materiales y posibles pérdidas de vidas humanas a gran escala», explicó Howells.
Los hospitales no daban abasto con la llegada de víctimas y muchos heridos tenían que ser atendidos al aire libre. Algunos establecimientos quedaron además deteriorados a raíz del terremoto.
Aviones cargados de material y de comida aterrizaron en el aeropuerto de la ciudad.
«Solo tengo un hijo y está desaparecido», dijo a la AFP Baharuddin, un residente de Palu de 52 años, parado sobre un piso cubierto de sangre. «Hablé con él por última vez antes de que se fuera a la escuela por la mañana».
La agencia de gestión de desastres estimó que había 71 extranjeros en Palu cuando se produjo en terremoto, y la mayoría están a salvo.
Los socorristas buscaban supervivientes entre los escombros de un hotel, que podía albergar a un máximo de 150 personas, y un centro comercial que se derrumbó con el sismo.
«Hemos logrado sacar a una mujer viva del hotel Roa-Roa la noche pasada», indicó a la AFP Muhamad Syaugi, el jefe de los servicios de emergencia. «Y hemos oído a gente que pedía ayuda».
El presidente indonesio, Joko Widodo, llegó el domingo por la mañana a Palu. «Les pido (…) que se preparen para trabajar día y noche y proceder a la evacuación», dijo ante las tropas desplegadas en la zona para ayudar en la búsqueda de supervivientes.
El terremoto de magnitud 7,5 que sacudió la isla de Célebes, justo antes de las 11:00 GMT del viernes, y la posterior ola de 1,5 metros que rompió contra la costa dejaron en Palu coches destrozados, edificios en ruinas, árboles arrancados y postes eléctricos caídos.
Muchos habitantes de la ciudad durmieron en campos de fútbol o en refugios improvisados, construidos con bambú, por temor a las réplicas del terremoto.
Tras la catástrofe, la gente buscaba sobre todo comida y un lugar donde cobijarse. Numerosas personas formaban largas filas de espera para obtener agua potable o fideos instantáneos.
El terremoto fue más potente que los temblores que dejaron más de 500 muertos y unos 1.500 heridos en la isla indonesia de Lombok en agosto.
Indonesia, un archipiélago de 17.000 islas e islotes que se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, es uno de los países del mundo más propensos a sufrir desastres naturales.
El 26 de diciembre del 2004, Indonesia sufrió una serie de devastadores terremotos, uno de ellos de magnitud 9,1 en la isla de Sumatra. Ese temblor provocó un gran tsunami que causó la muerte de 220.000 personas en la región, 168.000 de ellas en Indonesia.
En el 2006, casi 6.000 personas fallecieron en un violento sismo que golpeó la isla de Java.
Fuente: AFP