El vicepresidente del gobierno, el independentista Pere Aragonès, puso hoy como condición la libertad de todos los presos políticos y el libre retorno de los exiliados con vistas a un diálogo sincero y honesto y una negociación con el Ejecutivo español.
El acto institucional de la Diada -la fiesta regional oficial de Cataluña- se centró hoy en exigir la «libertad» de los independentistas catalanes en prisión provisional por el proceso soberanista inconstitucional de 2017 y el regreso de los que huyeron de la Justicia española al extranjero.
La celebración evidenció la división entre fuerzas secesionistas y favorables a la unidad de España -que no asistieron al acto- y las tensiones entre las autoridades catalanas y las españolas, un año después de que el Parlamento regional aprobase sendas leyes para el referéndum de «autodeterminación» del 1 de octubre de 2017 y la fundación de la «república catalana».
El vicepresidente del gobierno catalán, el independentista Pere Aragonès, puso hoy como condición la libertad de «todos los presos políticos» y el «libre retorno de los exiliados» con vistas a un diálogo «sincero y honesto» y una «negociación» con el Ejecutivo español, que preside el socialista Pedro Sánchez.
Las dos partes deben estar en igualdad de condiciones en la mesa», argumentó tras participar en la tradicional ofrenda floral en Barcelona al líder catalán Rafael Casanova (1660-1743).
Sánchez, a su vez, reclamó en Twitter «convivencia, respeto, diálogo y entendimiento», en la confianza de que hoy sea un día de «celebración y orgullo por una cultura, una lengua y una historia que une a todos los catalanes y catalanas».
La ministra de Economía, Nadia Calviño, aseguró que el Ejecutivo pondrá todo de su parte para «normalizar» la situación en Cataluña y que siga siendo un motor económico, y confió en que la actitud de diálogo de Sánchez contribuya a encauzarla hacia una «mucho más positiva».
A la celebración institucional de la Diada en Barcelona asistieron el presidente del gobierno catalán, Quim Torra, y el del Parlamento autonómico, Roger Torrent, ambos independentistas; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que denunció la «ausencia» de los encarcelados, así como parientes de varios de ellos.
El acto discurrió frente a la sede del gobierno catalán con una escenografía que simbolizaba un bosque quemado y entre gritos a favor de la independencia.
En la celebración se leyeron frases sobre la libertad escritas por los presos independentistas, se escucharon grabaciones de los que permanecen huidos en el extranjero, como el expresidente catalán Carles Puigdemont, con actuaciones musicales en torno al mismo tema.
La líder de Ciudadanos (liberales), principal partido de la oposición en Cataluña, Inés Arrimadas, aseguró que la celebración institucional de la Diada es una «muestra de la no normalidad», ya que los actos organizados por el gobierno catalán «excluyen a más de la mitad de los catalanes», es decir, los contrarios a la independencia.
Una manifestación recorrerá hoy Barcelona convocada por la organización social soberanista ANC con el lema «Hagamos la república catalana».
Fuente: Excélsior