El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, reconoció que la decisión de que las fuerzas federales asumieran el control de la policía de Acapulco fue dura, pero es más duro no hacer nada.
En entrevista con José Cárdenas, el mandatario reconoció que cuando ocurría algún delito, la policía no acudía, simplemente ignoraba el llamada de auxilio, por lo que es muy importante haber tomado cartas en el asunto.
Explicó que la intención no es que el estado tome el control de la seguridad, por lo que se buscará implementar a fondo el mando único a fin de garantizar la seguridad de los habitantes del puerto.