Por el bien de su economía, México necesita acabar ya con la incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial con su principal socio, Estados Unidos, lo que hace imperativo que antes del 1 de diciembre próximo se firme el nuevo acuerdo que gobernará este vínculo, sin importar que no incluya a Canadá, afirmó Moisés Kalach, director del Consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales (CCENI) del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
“No podemos estar esperando a que Canadá se sume porque no sabemos si las condiciones que le está poniendo Estados Unidos en la mesa son demasiado agresivas”, dijo a El Economista. Esta posición, sin embargo, no está reñida con su optimismo sobre lograr un nuevo Tratado de Libre Comercio (TLC), pues todo parece indicar que Canadá tiene un mayor margen de tiempo del que se piensa para sumarse al pacto que ya tienen México y Estados Unidos.
Fundamentalmente, México debe blindar lo ya logrado con Estados Unidos, por lo arduo del trabajo detrás y para prevenir cualquier imprevisibilidad del gobierno de Donald Trump. “Regresar a la mesa con un gobierno hostil (como el de EU) lo único que pude traer son más concesiones y más problemas”, dijo el coordinador del también llamado Cuarto de Junto.
Kalach es enfático: sí queremos un (acuerdo) trilateral, pero tenemos que estar dispuestos a firmar un bilateral el noviembre 29 próximo si esto no se arregla (la inclusión de Canadá).
De materializarse este último escenario, México estaría bien pertrechado, matiza, pues su relación comercial con Canadá quedaría bien regulada, primero, por el propio Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) vigente, pues éste se mantendría para ambos países cuando Estados Unidos lo abandone para firmar un acuerdo bilateral con México.
Una segunda línea de defensa es el Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), un Tratado de Libre Comercio al que pertenecen Canadá, México y otras nueve economías y que podría entrar en vigencia este mismo año a medida que sus países miembros lo ratifiquen internamente (México ya lo hizo).
Hay margen para Canadá
Para el director del CCENI no hay que descartar que sigue habiendo muy buenas probabilidades de que Canadá se “suba” al tratado que ya pactaron México y Estados Unidos, más porque los plazos que se han manejado para que se concrete la negociación podrían ser menos estrictos de lo que se piensa.
El presidente Donald Trump notificó el pasado 31 de agosto a su Congreso la intención de su gobierno de firmar un acuerdo con México el 29 de noviembre (cumpliendo con el protocolo de avisar 90 días antes), y se dijo entonces que tenía hasta el 30 de septiembre para sumar a Canadá al pacto. “El deadline del 30 de septiembre no es tan estricto como creemos. Es el mismo Congreso republicano quien puede flexibilizar las reglas”, refiere Kalach citando a expertos legales con los que ha hablado.
La clave está, dice, en los textos del acuerdo que publique la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por su sigla en inglés) el próximo 30 de septiembre (un requisito que debe cumplir como parte del protocolo rumbo a la firma del tratado), pues nada la obliga a publicar el contenido definitivo del acuerdo con México.
De modo que se podría publicar un texto con reservas, advirtiendo que podría cambiar si Canadá se suma al tratado. Esto no sería raro, considerando que durante el gobierno de Trump el Congreso estadounidense ha “distado de ser legalista moral”.
“Lo único que podría decirle el Congreso a Trump sería: ‘no nos gustan estos métodos de negociación ni que se flexibilicen los deadlines, pero si a cambio tenemos un buen acuerdo, lo vamos a perdonar’”. Así, Canadá podría sumarse al pacto durante la primera semana de octubre.
Fuente: El Economista