El primer acercamiento de Giuseppe Verdi con William Shakespeare fue Macbeth. Una obra que a sus 33 años (1847), decidió llevar a la ópera y con la cual cambió la historia de la operística italiana, al imprimirle a la música la misma intensidad que el escritor inglés le impregnaba a su dramaturgia. Ahora este montaje —poco explorado en el ámbito operístico al popularizarse más la versión que el genio presentó en 1865— alista su estreno en el Palacio de Bellas Artes.
De tal manera que esta nueva producción de la Compañía Nacional de Ópera, bajo la dirección escénica de Lorena Maza y Alejandro Luna, en el diseño de escenografía e iluminación, trata de acercar al público a esta pieza que cambió el rumbo de la ópera en su época, al hacer más énfasis en la dramaturgia.
“Cuando Verdi tiene 30 años, la gran temporada de bel canto está casi terminando, en el sentido que estos elementos del estilo belcantista, no corresponden a la nueva fuerza ideológica y estética del romanticismo.
“Verdi se pone, desde este punto de vista, como el hombre que al interior del melodrama italiano cambia esta actitud estilística a través de la búsqueda de realidad teatral que tienen los grandes autores románticos como Víctor Hugo o Schiller, pero como en la estética romántica el ídolo es Shakespeare, por eso no me parece casual que este cambio tan profundo se hace frente a la obra shakesperiana”, explicó a La Razón Marco Guidarini, quien está a cargo de la dirección concertadora.
Con libreto en italiano de Francesco Maria Piave y Andrea Maffei, el montaje operístico se sitúa en la corte de Duncan, rey de Escocia. Expone la encrucijada a la que se enfrentan Macbeth y Banquo, valerosos generales leales al trono, que después de regresar victoriosos de campaña, son interceptados por un grupo de brujas, cuyos vaticinios marcan de forma fatal sus vidas y el destino del reino.
Quienes darán vida a los personajes principales de esta ópera de cuatro actos y diez cuadros con música de Verdi, serán el barítono Alfredo Daza, como Macbeth; y la soprano Csilla Boross, en el rol de Lady Macbeth. Su papel será importante, ya que esta primera versión, el compositor de ópera trata de alejarse del bel canto, estilo vocal que se desarrolló desde finales del siglo XVII.
“Las versiones de 1847 y 1865 son distintas musicalmente, el estilo es diferente. En la segunda, los momentos dramáticos de Macbeth son más directos; en la primera, es un Verdi pegado al bel canto pero sin la delicadeza del bel canto, ése es el reto”, señaló en entrevista con este diario Alfredo Daza.
El barítono poblano ya ha tenido oportunidad de prepararse para ambas versiones, por lo cual considera que la de 1847 es más compleja. “Es difícil en el sentido de fraseo, este lado dramático. En la de 1865 es un matiz dramático que podríamos describir como una curva que va directa; mientras que en la de 1847, es una línea recta, una greca, y después la curva, se requieren escalas y luego se llega el clímax dramático, eso lo hace tan difícil”, destacó.
Macbeth es el cuarto título de la Temporada 2018 de la Compañía Nacional de Ópera. Se presentará con el acompañamiento de la Orquesta y el Coro del Teatro de Bellas Artes. Sólo se ofrecerán cuatro funciones en el Palacio de Mármol, del 13 al 23 de septiembre.
Dónde: Palacio de Bellas Artes
Cuándo: Jueves 13, martes 18 y 20 de septiembre las 20:00 horas, y domingo 23 a las 17:00 horas
Costo: $150 a $650
Fuente: Excélsior