Andrés Manuel López Obrador será el presidente de México a partir del próximo 1 de diciembre, pero desde ahora ya tiene muy claro los detalles presidenciales que no serán parte de su forma de gobernar.
Aquí te dejamos cuatro símbolos del poder presidencial que AMLO hará a un lado como parte de la Cuarta Transformación que, dice, pondrá en marcha cuando sea presidente constitucional.
López Obrador dijo durante su campaña presidencial que si ganaba no viviría en Los Pinos, porque «es un lugar embrujado».
Para ello, convertirá la residencia oficial en un recinto cultural y hasta pidió propuestas para saber qué cosas debe incluir dicho centro que será un espacio abierto a la ciudadanía para uso de los mexicanos.
Con este cambio, AMLO rompería con una tradición presidencial que data de 1934, cuando Lázaro Cárdenas del Río decidió vivir en este lugar y no en el Castillo de Chapultepec, entonces residencia de los presidentes mexicanos.
En ese entonces, la Residencia Oficial se llamaba Rancho “La Hormiga” y fue Cárdenas quien le cambió el nombre a «Los Pinos».
Otro de los emblemas presidenciales a los que AMLO dirá adiós es el avión presidencial, en específico a la aeronave marca Boeing, modelo 787-8, adquirido por el gobierno del expresidente Felipe Calderón en 2 mil 952.4 millones de pesos.
«Yo no le voy a faltar el respeto al pueblo de México subiéndome a ese avión, voy a usar aviones comerciales en mis traslados por el país y por el mundo», dijo en reiteradas ocasiones el presidente electo durante su campaña electoral.
AMLO ya ha revelado que su equipo está buscando contactos con la empresa aeronáutica Boeing para tratar una posible venta, aunque también ya ha recibido ofertas.
El pasado 23 de agosto, el empresario Gustavo Jiménez Pons entregó una carta a AMLO donde manifiesta la intención de la empresa GBS Air Enterprises y sus socios comerciales de adquirir el actual transporte presidencial y para ello ofrece hasta mil 900 millones de pesos.
Además del avión presidencial, Andrés Manuel López Obrador venderá toda la flotilla de aviones al servicio del gobierno federal, con excepción de las aeronaves que sirven como ambulancias y para atender emergencias de desastres naturales y de protección civil.
Ser presidente es un trabajo de 24 horas y 7 días a la semana. Por eso es que una de las características de ser titular del Ejecutivo es estar siempre listo para cualquier incidente que tenga que ver con el país. Y eso implica estar protegido… hasta ahora.
Desde el 1 de diciembre, AMLO ha dicho que no requerirá los servicios del Estado Mayor Presidencial (EMP), el cuerpo de militares encargados de brindar seguridad personal al presidente de México durante su mandato.
¿El motivo? Andrés Manuel López Obrador considera que este cuerpo de seguridad de alto nivel servirá si regresa a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), institución a la que pertenece, además de que aspira a que el presidente de México pueda caminar por las calles como cualquier otro ciudadano.
El pasado 9 de agosto y luego de reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto por segunda ocasión en Palacio Nacional, AMLO reiteró que desaparecerá el EMP y en su lugar lo cuidarán 10 hombres y 10 mujeres.
«Voy a contar con una ayudantía, voy a tener un equipo de 20 profesionales, no necesariamente profesionales en el tema de seguridad, sino profesionales porque todos ellos van a tener un nivel académico de cuando menos licenciatura y serán hombres y mujeres, 10 hombres, 10 mujeres muy cercanos a nosotros», dijo el presidente electo el 9 de agosto.
Daniel Asaf Manjarrez, empresario capitalino, será el titular de esta ayudantía. De acuerdo con la cuenta de Twitter de Morena Ciudad de México, es un hombre de origen libanés que fue candidato a la Asamblea Constituyente en 2016.
Otro de los símbolos del Ejecutivo es la silla presidencial, en la cual no se sentará Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 29 de mayo y durante una gira por Papantla, Veracruz, artesanos del poblado de Coyutla le obsequiaron al entonces candidato presidencial una silla de madera con el escudo nacional tallado en el respaldo y las inscripciones ‘Estados Unidos Mexicanos’ y ‘Coyutla, Ver’.
Al acercarle la silla, AMLO se sentó y recordó cuando Emiliano Zapata rechazó sentarse en la silla presidencial durante su encuentro con Francisco Villa en la Ciudad de México. En ese entonces (1914), fue Villa quien accedió a ocupar el asiento.
El ahora presidente electoral se llevó la silla que le regalaron los artesanos veracruzanos, puesto que esta “no está embrujada” como la que se encuentra en Los Pinos, aseguró.
LOS SÍMBOLOS QUE SÍ UTILIZARÁ:
BANDA PRESIDENCIAL
La Cuarta Transformación sí incluirá algunos símbolos presidenciales:
Andrés Manuel López Obrador sí utilizará la banda presidencial, que sólo puede ser portada por el Presidente de la República, y que tiene los colores de la Bandera Nacional.
De acuerdo con el artículo 34 vigente de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, «la banda presidencial constituye una forma de presentación de la Bandera Nacional y es emblema del Poder Ejecutivo Federal».
Y AMLO está entusiasmado por recibir la banda presidencial, tal como lo dijo el pasado 2 de abril durante un mitin en Ciudad Benito Juárez, Nuevo León,
«Me van a tener que entregar, aun con los dientes apretados, la banda presidencial», dijo López Obrador.
Por cierto, el encargado de quitarle la banda presidencial a Enrique Peña Nieto y dársela a Andrés Manuel López Obrador será su aliado político y diputado federal, Porfirio Muñoz Ledo.
PALACIO NACIONAL
Palacio Nacional, la sede oficial del Poder Ejecutivo de México y uno de los recintos históricos más importantes del país, será el lugar en donde despachará Andrés Manuel López Obrador.
Localizado en la Plaza de la Constitución, en el primer cuadro de la Ciudad de México, este lugar fue sede del Virreinato. En 1896 se instaló en su balcón central la campana de Dolores, con la que Miguel Hidalgo y Costilla inició la Independencia de México.
En los años 20, Diego Rivera pintó murales en su interior con el objetivo de acercar la historia y el arte a la ciudadanía.
Desde diciembre de 2016, Andrés Manuel López Obrador aseguró que despacharía desde Palacio Nacional por ser un lugar estratégico del corazón de la capital mexicana.
En el último año del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) gastará 17.7 millones de pesos en servicios de mantenimiento y conservación de diversos espacios de Palacio Nacional.